El botulismo y las conservas caseras

En España nos gusta hacer conservas caseras, pero ojo, hay que hacerlas con mucha precaución, ya que el botulismo es una intoxicación muy unida a esta práctica tan nuestra.

El Clostridium es un género de bacterias que incluye varias especies, algunas de las cuales pueden ser muy peligrosas para los seres humanos. Una de estas especies es el Clostridium botulinum, que produce una neurotóxica llamada toxina botulínica.

Cuando se trata de conservas caseras, el Clostridium botulinum puede ser un riesgo si no se siguen adecuadas prácticas de conservación y preparación de los alimentos. Esta bacteria se encuentra comúnmente en el suelo y puede ser introducida en los alimentos a través de contaminación durante el proceso del envasado.

El caso más reciente en España, publicado en las noticias, fue en julio de este año, con 7 afectados graves (ingresados en UCI), relacionados con el consumo de tortillas de patatas envasadas al vacío fabricadas por la empresa Grupo Palacios.

Es importante tener en cuenta que el Clostridium botulinum es una bacteria anaeróbica, lo que significa que puede crecer en ausencia de oxígeno.

Esto es relevante porque en conservas caseras, si no se hace un adecuado sellado o procesamiento térmico, las condiciones sin oxígeno pueden permitir que las esporas del Clostridium botulinium germinen y produzcan toxina botulínica.

Principalmente las conservas caseras que más pueden presentar esta toxina, si no se hacen adecuadamente su proceso, son: guindillas en aceite, espárragos, alubias verdes, espinacas… en general, alimentos poco ácidos.

El problema es que una conserva con toxina botulínica no se puede apreciar a simple vista, además, a la hora de su consumo son organolépticamente adecuadas (olor, sabor, color, textura…) 

En general, nuestro mejor aliado para eliminar esta bacteria, será una limpieza de alimentos adecuada y una cantidad de temperatura y tiempo de esterilización apropiados (baño maría).

La toxina botulínica es extremadamente potente y puede causar intoxicación alimentaria grave, conocida como botulismo. Los síntomas del botulismo incluyen la debilidad muscular, visión borrosa, dificultad al tragar y respirar, entre otros. En casos graves, puede ser potencialmente mortal.

Para prevenir la aparición del Clostridium botulinum y la producción de toxina botulínica en las conservas caseras, es muy importante seguir buenas prácticas de preparación y conservación de alimentos.

Algunas prácticas a tener en cuenta, incluyen:

  1. Utilizar alimentos frescos y de alta calidad.
  2. Limpiar y desinfectar adecuadamente los recipientes y utensilios.
  3. Limpiar y desinfectar adecuadamente los alimentos que vayan a elaborarse para luego ser conservados.
  4. Asegurarse que el sellado de las conservas sea hermético y no haya fugas.
  5. Utilizar métodos de procesamiento térmico adecuados, como el uso de baños de agua hirviendo.
  6. Almacenar las conservas en lugar fresco y seco.

Es recomendable seguir recetas y métodos de conservación probados y seguros. Si tienes duda sobre cómo realizar correctamente las conservas caseras es mejor buscar información adicional de fuentes confiables o consultar a expertos en seguridad alimentaria.

Recuerda que la seguridad alimentaria es fundamental y tomar las precauciones adecuadas al preparar conservas caseras puede ayudar a prevenir enfermedades transmitidas por alimentos.

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