Un jarro de agua fría que dejaría en papel mojado el compromiso para la rehabilitación del edificio. Fueron declaradas Bien de Interés Cultural (BIC) y catalogadas como Monumento Nacional en 1969. Desde 1993 la propiedad es de la Junta de Andalucía, que cedió el edificio a La Caixa, por un periodo de 75 años.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (en inglés United Nations Educational, Scientific and Cultural Organization, abreviado internacionalmente como Unesco) en el año 1987 declara e inscribe como Patrimonio de la Humanidad tres importantes edificios del Centro Histórico de la ciudad de Sevilla: la Catedral, los Reales Alcázares y el Archivo de Indias. Estos tres edificios forman un conjunto monumental de primera categoría, situados dentro del corazón de la ciudad de Sevilla.
La riqueza patrimonial de Sevilla va más allá de estos tres importantes monumentos. Entre otros muchos cabe destacar las Atarazanas. Pese a su gran valor patrimonial, no son lo suficientemente conocidas por nuestros conciudadanos ni bien conservadas por la Administración.
Las Atarazanas, poco conocidas y maltratadas por la administración.
El termino atarazana procede del término árabe “ãdár aṣṣán‘a” (casa de la industria) en primera acepción la RAE la define como establecimiento para construir o reparar embarcaciones.
Las Atarazanas de Sevilla actualmente están situadas en el barrio del Arenal. Tras la reconquista de Sevilla, en 1248, el rey Fernando III para prevenir posibles amenazas decide construir diversas embarcaciones en nuestra ciudad. Especialmente bajeles y galeras, tras el fallecimiento de Fernando III, Alfonso X ordena la construcción de las Atarazanas. Las ubica entre la torre del Oro, la torre de la Plata, la puerta del Carbón y el postigo del Aceite, y muy cerca del río Guadalquivir. Constaban de 17 naves y una extensión de unos 15.000 metros cuadrados.
Vista aérea de las Atarazanas.
Es una de las mayores instalaciones industriales de la Baja Edad Media en Europa, de extensión comparable a la que tenía por entonces el Arsenal de Venecia. Arquitectónicamente se trata de una obra gótica y mudéjar construida toda ella en fábrica de ladrillo.
Actualmente, solo se conservan siete de las diecisiete naves originales. Fueron declaradas Bien de Interés Cultural (BIC) y catalogadas como Monumento Nacional en 1969. Desde 1993 la propiedad es de la Junta de Andalucía, su Consejería de Cultura realizó obras de rehabilitación hasta 1995. En 2009 la Junta de Andalucía cedió el edificio a La Caixa, por un periodo de 75 años.
Financiado por La Caixa se hizo un proyecto de Centro Cultural por el arquitecto Guillermo Vázquez-Consuegra que contó con licencia del Ayuntamiento y aprobación de la Comisión de Patrimonio de Sevilla. La Asociación de Defensa del Patrimonio de Andalucía (ADEPA) presentó alegaciones al proyecto, recibió silencio administrativo. Por lo que ADEPA presentó un recurso contencioso-administrativo. Simultáneamente, solicitó al juez la suspensión cautelar de las obras, por verse afectados los pilares al ser perforados para aguantar los nuevos pesos que recaían encima de las naves. El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) concedió la suspensión cautelar el año pasado.
ADEPA solicitaba eliminar la cafetería prevista en la parte alta y las escaleras de acceso, llevar la carga de la parte superior a los cimientos eliminando los antiestéticos anillos o “encepados” que rodeaban los pilares, y mantener la entrada principal del edificio en la calle Temprado, respetando los arcos que continuarían como grandes ventanales.
Proyecto de reforma de las Atarazanas.
Hubo un acuerdo cerrado y consensuado para la rehabilitación con el anterior secretario general de Cultura, Eduardo Tamarit. Es sorprendente que el nuevo consejero de Cultura, Miguel Ángel Vázquez, manifieste su intención de volver a negociar. El presidente de ADEPA, Joaquín Egea, ha manifestado que existe un convenio “con una serie de puntos cerrados”. Las palabras del nuevo consejero hacen temer que la Junta quiera empezar una nueva negociación y que se tiren a la basura nueve meses de conversaciones. Las Atarazanas van a convertirse en una nueva frustración para Sevilla y quien sale perdiendo es el monumento y la ciudad”. Volver a empezar…