Pago con pulsera, la revolución de la digitalización

La era digital irrumpió con fuerza en la vida de los ciudadanos poniendo patas arriba todo lo hasta ahora conocido. Desde la aparición de las Fintech hasta hoy no hay quien pueda parar los avances de un sector que solo pretende que tu vida financiera sea más fácil poniendo marcha todas las herramientas necesarias. 

Estas empresas tecnológicas financieras abarcan distintos campos y ofrecen soluciones variadas desde los micropréstamos, el blockchain, la banca móvil hasta los pagos sin contacto, objeto de este post. Además, acercan a los interesados a nuevas formas de inversión antes impensables.

Días contados para la tarjeta 

Las tarjetas de crédito/débito tienen los días contados como método de pago, ya que estos se encuentran en constante evolución gracias a la digitalización. Formas más innovadoras, revolucionarias, rápidas y cómodas facilitan los procesos de compra y ganan seguidores cada día que pasa. 

La tecnología contactless (del inglés, sin contacto) facilita las transacciones gracias a la comunicación de campo cercano. Te sonará por NFC, que significa near field communication, y lo habrás visto en muchos dispositivos. Esta tecnología es la que permite el pago sin tener que las tarjetas físicas. 

El NFC es la clave de todo

En la actualidad, existen cientos de pulseras de actividad con un chip NFC que guarda la información necesaria para pagar. Esto hace que la operación sea rápida y segura con tan solo acercar la pulsera al terminal de cobro, tal y como aseguran desde el portal del cliente bancario del BCE. 

En España todavía no existe un uso generalizado del pago con pulsera porque no todos los proveedores y bancos ofrecen el servicio. El siguiente paso será esperar a que ambos aseguren una vinculación de la pulsera a la cuenta corriente de los usuarios para poder disfrutar de este servicio sin límite. 

Ventajas de pagar con pulsera 

Pagar en cualquier establecimiento con una pulsera es un proceso seguro gracias a la mencionada tecnología NFC. Toda la información se guarda en el chip del dispositivo y las posibilidades de robo de datos o, incluso de fraude son mínimas.

Las operaciones son muy rápidas; de hecho, más que con otros métodos tradicionales porque con tan solo acercar la pulsera o reloj al datáfono, la operación se hace en cuestión de segundos.

Por último, es un sistema cómodo, ya que el usuario lo lleva consigo siempre. Buscar en la cartera, bolso o bolsillos pasó a la historia gracias a los pagos con pulsera. ¡Más fácil es imposible!

Siempre con precaución

Aunque se acaba de mencionar que es un sistema de pago seguro, la precaución es algo que nunca hay que dejar a un lado, sobre todo cuando tu dinero está en juego. Por parte del usuario, es preciso que guarde bien su información económica y datos personales. Para ello, establece códigos de acceso o contraseñas seguras.

Además, es importante que establezcas las funciones de control remoto para poder bloquear el dispositivo en caso de pérdida o, en el peor de los casos de robo. También es necesario que se tenga claro que el hecho de que pagar sea fácil no puede fomentar las compras innecesarias.

Pagar con pulsera se acepta cada día un poco más y aumentan los establecimientos con sistema NFC. Además, en algunas comunidades autónomas se intenta generalizar el pago con pulsera en los trasportes públicos porque el acceso a estos es mucho más rápido. Eso implica un ahorro de tiempo para todos. 

En definitiva, las tarjetas de crédito tienen ya serios competidores que empezaron a manifestarse con los pagos con el teléfono móvil. Ahora, solo queda esperar para saber qué es lo que vendrá después del pago con pulsera o anillo. 




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