En las filas del PP sitúan ese cónclave en la segunda quincena de julio –el fin de semana entre el 13 y 15 de ese mes; o el siguiente, entre los días 20 y 22–. También habrá que ver qué ciudad acoge esta cita congresual, a la que pueden acudir más de tres mil compromisarios, unos desplazamientos desde diferentes territorios que hacen que Madrid sea la favorita por cuestiones logísticas, según fuentes del PP.
Los dirigentes del PP que aspiren a suceder a Rajoy en la Presidencia del PP tendrán que dar un paso al frente y presentar su precandidatura entre los siete y los quince días siguientes a que se ponga fecha al congreso, en un proceso que prevé una elección a dos vueltas si existen más de dos aspirantes: primero votan los afiliados y después, los compromisarios en el Congreso.
El presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez-Feijóo, parte como favorito en las quinielas de miembros del PP para suceder a Rajoy. A más distancia sitúan a la exvicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría y a la exministra María Dolores de Cospedal, ambas “fuertemente vinculadas” a Rajoy, lo que les puede restar posibilidades en esta “nueva etapa”, según subrayan fuentes ‘populares’.
Los Estatutos del PP establecen que sólo pueden ocupar la Presidencia de honor de la formación los expresidentes nacionales del partido y, una vez que ese cónclave de julio elija nuevo líder del partido, Rajoy podrá ostentar esa distinción honorífica.
Además, los Estatutos establecen que “los presidentes de honor serán miembros natos del Comité Ejecutivo Nacional y ejercerán cuantas funciones delegue en ellos el presidente nacional”. Eso brindaría a Rajoy la posibilidad de acudir a esas reuniones internas de la formación, algo que Aznar hizo pocas veces y en las que criticó la estrategia política del partido.
El pasado martes, día en que anunció su adiós ante la plana mayor del PP, Rajoy aseguró que cuando deje la presidencia del PP estará “a la orden” de la persona que ocupe el puesto. “Y a la orden es a la orden. Y con la lealtad que mi conciencia y mis cuarenta años aquí me exigen”, exclamó, unas palabras que se entendieron en las filas ‘populares’ como un recado a Aznar.