La investigación por la muerte de la hija la presunta asesina de Gabriel Cruz fue cerrada al considerarse que la muerte se había producido accidentalmente, tras caer la pequeña desde una ventana al patio interior de un bloque de viviendas donde residía la madre y la hija fruto de una relación anterior con un hombre de su país, la República Dominicana. La Policía de Burgos ha reabierto la investigación tras la detención este domingo de Ana Julia Quezada como presunta autora de la muerte del pequeño Gabriel.
Ana Julia Quezada llegó en 1995 a Burgos procedente de su país natal, y se instaló junto a su hija en un piso de la ciudad. Un año después, la niña falleció en lo que fue considerada una muerte accidental, según han informado fuentes de la investigación, quienes han añadido que fue la pareja en ese momento de Ana Julia -que no era el padre de la niña- quien encontró su cuerpo.
Los agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil sospechan que la detenida podría no haber actuado sóla, si bien este domingo pudo, en solitario, recuperar de un pozo el cuerpo del pequeño e introducirlo en el maletero del vehículo donde fue descubierto el cadáver. Según ha trascendido este lunes, los investigadores manejan dos hipótesis como el móvil del crimen: los celos de la mujer hacia el niño o la mala relación que mantenía con el pequeño, o la económica, el deseo de reclamar un rescate a la familia. La investigación determinará la posible participación de otras personas en el caso y el móvil mientras la autopsia que se le practica a los restos del niño determinará las causas exactas de su muerte
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