El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha disuelto el Parlamento catalán y ha convocado elecciones autonómicas para el 21 de diciembre.
En la rueda de prensa posterior al consejo de Ministros que ha aprobado las medidas en Cataluña al amparo del artículo 155 de la Constitución, Rajoy ha justificado esta decisión porque considera que es «urgente devolver la voz a los ciudadanos catalanes para que decidan su futuro». Y lo es también, ha añadido, para que «nadie pueda cometer ilegalidades en nombre» de los ciudadanos de Cataluña.
«Son las urnas, las de verdad», las que tienen que establecer «los controles y garantías» y «las que pueden sentar las bases de la necesaria recuperación de la convivencia entre catalanes», ha añadido Rajoy. Y ha apostillado que el Gobierno no quiere dilatar esta tarea de recuperar la convivencia «ni un minuto más».
Rajoy, además, ha anunciado el cese de ambos responsables de la Consellería de Interior tras el Consejo extraordinario de Ministros que ha acordado la primeras medidas para la aplicación del artículo 155 de la Constitución. De momento, las medidas no afectan a Trapero, investigado por sedición, ya que, en todo caso, correspondería cesarle a quienes se hagan cargo de las competencias de Interior.
Junto a esos dos altos cargos, también ha sido cesado por el Gobierno el propio conseller de Interior, Joaquin Forn, como lo han sido también el resto de los miembros del Gobierno de la Generalitat. El Gobierno ha ordenado también el cierre de las las «embajadas» catalanas, excepto Bruselas, una decisión que ha tomado después de que el Senado autorizara al Ejecutivo a aplicar el artículo 155 de la Constitución para devolver la legalidad constitucional y estatutaria a Cataluña.
También ha ordenado la clausura del patronato de Diplocat, una entidad público-privada al servicio del Govern para impulsar la proyección internacional de Cataluña, y el cese de los delegados de la Generalitat en Madrid y Bruselas.