Chiquito de la Calzada tuvo que someterse a un cateterismo cardíaco hace una semana en el Hospital Regional de Málaga y padeció después una infección.
El estado de salud del humorista malagueño había empeorado en las últimas horas. Chiquito de la Calzada había registrado previamente una mejoría y se le terminaba de ajustar su medicación tras haber sido sometido el pasado viernes a un cateterismo cardíaco.
Chiquito de la Calzada había sufrido una angina de pecho que motivó hace dos semanas su ingreso en el Hospital Regional de Málaga, donde ya había estado hospitalizado tres días tras sufrir una caída en su vivienda el 14 de octubre.
El artista, cuyo nombre real es Gregorio Esteban Sánchez Fernández, nació en 1932 en el barrio de la Trinidad, en Málaga, en el lugar conocido como Calzada de la Trinidad, de ahí su nombre artístico.
Chiquito fue un jornalero del cante. Empezó a trabajar en los tablaos flamencos con 8 años -de ahí lo de Chiquito-, llegó a ser palmero de Camarón y actuó en los principales teatros de Madrid, acudiendo a numerosos bolos al extranjero, incluso en Japón, donde llegó a vivir dos años.
El éxito le llegó a través del programa ‘Genio y figura’ de Antena 3, contando chistes con su particular estilo. En la actualidad ya estaba retirado y vivía solo y triste desde que en 2012 falleció si esposa, Josefa García Gómez, ‘Pepita’, con la que estuvo unido más de 50 años. “Pepita era mis pies y mis manos, lo era todo, lo perdí todo”, decía. El matrimonio no tuvo hijos.
Chiquito de la Calzada tenía una particularísima e infalible forma de hacer reir, preñada de frases propias e inconfundibles y palabros que pronto fueron de uso común. Estos son algunos ejemplos: “¡Pecador!”, “¿Te dah cuen?”, “¡Fistro!”, “Quietorr”, “¡No puedor, no puedor!”, “¡No te digo trigo por no llamarte Rodrigo!”, “¡Duodeno sersuá!”, “Norrl”, “¡A candemor e narrr!”, “¡Cobarde!”, “¡Al ataquerrrr!”, “¡Me cago en tus muelas!”, “¡Jarl!”, “¡Hasta luego Lucasss!”, “¡Por la gloria de mi madre!”, “Eres más peligroso que un tiroteo en un ascensor”, “¡Es usted un torpedo!”, “Trabaja menos que el sastre de Tarzán”, “¡Cuidadín, quietorl!” o “Se mueve uhté mah que los precioh!”.