Sevilla hace justicia a Paco Gandía pero atropella la memoria de Recasens

Francisco Gómez Gandía (Sevilla, 5 de abril de 1.929), más conocido por Paco Gandía, fallecido el 10 de febrero de 2.005, uno de los más célebres humoristas que ha parido esta tierra, estaría orgulloso de tener una calle en la ciudad que tanto amó y que llevó por bandera allá por donde desplegaba todo su arte, pero con toda seguridad no le habría gustado que para otorgársela a él, se cometiera la injusticia de eliminar del nomenclátor a una persona que se lo merece y, sobre todo, cuando lo despojan de ese honor con falsos argumentos.

Paco Gandía cuenta desde este viernes con una calle propia en San Pablo, entre las calles Sinaí y Baltasar Gracíán. La calle, hasta este viernes, llevaba el nombre de Sebastián Recasens, un joven piloto de 21 años torturado y asesinado pocos días después del alzamiento del 18 de julio de 1.936 en la tapia del cementerio. Esta calle se vio afectada por la Ley de Memoria Histórica pero aquellos que tomaron la decisión, en un pleno municipal de 2015, no hicieron bien los deberes. Recasens no fue piloto militar ni participó en combate alguno. Su familia se ha venido movilizando para recuperar la memoria de este joven al que Sevilla despoja de su calle.

Los allegados del joven asesinado pretenden que se conozca que Sebastián Recasens era un joven y brillante estudiante a punto de acabar la carrera de medicina con un brillante expediente de matrícula de honor. Su padre, Luis Recasens, era catedrático de medicina en la Universidad de Sevilla y ambos eran muy aficionados a la aviación al punto de ser propietarios de una avioneta que el joven Sebastián utilizó para arrojar unas octavillas a favor del Bando Nacional sobre el pueblo de La Roda de Andalucía. Volaba tan bajo que fue tiroteado por unos milicianos lo que le obligó a realizar un aterrizaje forzoso en un cortijo cuyos guardas dieron aviso a las autoridades. Un día después fue fusilado.

Los vecinos de la nueva calle Paco Gandía son conscientes de la historia del joven que daba nombre hasta ayer a esa calle y no comparten en su totalidad la decisión. “Paco Gandía merece una calle, y estamos muy contentos que sea aquí en San Pablo, pero podría haberse escogido alguna otra de los alrededores pero no entendemos que Sebastián Recasens se haya visto afectado por la Ley de Memoria Histórica”, lamentan algunos vecinos.




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