“Puñaladas” y palabras gruesas descalifican al “candidato improvisado” que aspira a relevar a Virginia Pérez en el PP de Sevilla
La presidenta provincial asegura no tener padrinos y dice que "Ávila no quiere presidir el partido, sino ser senador"

Inconcebible la respuesta de acusaciones y palabras gruesas por parte del candidato alternativo a presidir el PP provincial y alcalde de Carmona, Juan Ávila, ante la evidencia que le sitúa como el “candidato a palos” de última hora que han improvisado en algún rincón del partido para plantarle cara a la actual presidenta y candidata a la reelección, Virginia Pérez.

A lo impropio de sus palabras contra su rival para presidir el partido a nivel provincial se añadía, además, el día elegido, justo cuando en Murcia anunciaba C’s que presentaría sendas mociones de censura, en el Ayuntamiento de la capital y en el Parlamento regional, contra los gobiernos del PP y cuando en Madrid se fraguaba algo similar para descabalgar a Isabel Díaz Ayuso.

Tal vez ni los peores socios y adversarios, los de la traición de C’s, se emplearon tan a fondo contra dirigentes del PP como lo hizo esta misma mañana Juan Ávila contra sus propios compañeros, que acusó a Virginia Pérez de convocar “un congreso por sorpresa que podría llevar a que este sea el mayor pucherazo de la historia del PP, aspecto que mi candidatura va a intentar evitar en los órganos del partido”.

No contento con tan abrupto comentario, Ávila insistió en que pretendía recusar a todos los miembros del Comité Organizador del próximo congreso, convocado para el próximo 27 de marzo, por tratarse de afines y amigos de la actual presidenta provincial, olvidando, como le recordó más tarde Virginia Pérez durante una entrevista en la cadena SER, que dicho comité organizador del congreso se decidió en una junta directiva a la que Juan Ávila no quiso asistir.

En dicha entrevista, Virginia Pérez, que negó ser la candidata de ningún órgano superior de dirección del PP a nivel nacional (“Nadie me ha llamado ni me lo ha propuesto” y “yo no tengo padrinos”, llegó a decir) se mostró muy cauta y elegante al no querer pronunciarse sobre la jugada sucia por parte del alcalde de Lora del Río, avalista de Ávila, quien unas horas antes cesó de forma sorprendente a su primer teniente alcalde y también a su delegado de Economía municipal, que no casualmente venía siendo hasta ahora Eloy Tarno, marido de la propia Virginia Pérez: una cuchillada trapera inadmisible ni en los bajos fondos.

Sobre la posible solución de apostar por una tercera vía con un tercer candidato que, dicen, sería visto con buenos ojos por la dirección de Génova y que podría ser el actual alcalde de Tomares y ex presidente provincial del PP, José Luis Sanz, poco más se sabe, salvo que no ha presentado candidatura y ayer Virginia Pérez no quiso confirmar ni descartar que pudiera ser el próximo candidato del Partido Popular a la Alcaldía de Sevilla capital si ella continúa al frente del partido en la circunscripción.

Ávila, apoyado por el presidente regional Juanma Moreno y otros señalados cargos regionales, no se equivocó ayer en que el número de avales recibidos para presentarse como candidato a presidir el partido en Sevilla no es un buen indicador para saber quién ganará el próximo congreso, lo cual es obvio habida cuenta que él mismo formó parte de la candidatura de Virginia Pérez en la ocasión anterior, cuando no era la propuesta que contaba con más avales, pero acusar literalmente de “fraudulento” el proceso de exigir las “cuotas al día” para servir de avalistas traspasa lo razonable, más aún si se tiene en cuenta que ni lo propuso con el tiempo necesario y cuando alguna vez se hizo algo similar en mitad de un proceso congresual, como ocurrió en Granada, aún se encuentra en los tribunales.

En esa pendiente de acusaciones inapropiadas y grandilocuentes para la necesaria estabilidad interna de un partido, más aún en el clima político que se registra en estos momentos en varias comunidades y miles de ayuntamientos, el candidato Juan Ávila abundó que el equipo de Virginia Pérez “intenta ganar con los avales de la mentira” y acusó de falta de imparcialidad al comité organizador del congreso y de no haber contado con ningún miembro en la revisión de los avales presentados, pero no es menos cierto que todo eso lo habría podido obtener de haber asistido a la junta directiva en la que se decidieron esos extremos y no una vez que todos los órganos correspondientes ya se habían configurado.

Este solo hecho quizás confirma que Juan Ávila es un candidato improvisado y de última hora impulsado por otros intereses, es decir, un “candidato a palos” del que Virginia Pérez reveló ayer en declaraciones que “lo que Juan Ávila quiere no es presidir el PP provincial, sino convertirse en senador”.




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