El Hospital Militar de Sevilla continúa las obras a toda máquina para enero

Continúan a buen ritmo y sin descanso las obras de emergencia emprendidas en el antiguo Hospital Militar “Vigil de Quiñones”, cuya finalización de la segunda fase está prevista para finales del mes de enero y a la que se destinó una nueva partida de 26 millones de euros.

Tras 15 años de abandono de sus instalaciones y de olvido y desprecio de sus promesas por los sucesivos gobiernos del PSOE de Andalucía ( El abandono del Hospital Militar, un crimen ), la Junta, con acuerdo pleno de PP, C’s y Vox, emprendió la urgente recuperación del edificio para reparar el saqueo al que había sido sometido y poner en funcionamiento unos servicios que podrían servir en caso de extrema necesidad para paliar un posible desbordamiento de pacientes por causa de la pandemia.

En previsión de ello, el Gobierno aceleró la recuperación de hasta 150 camas hospitalarias en las plantas cuarta, quinta y sexta, más 27 camas para UCI en la segunda planta, una sala de rayos en la primera y la zona de admisión en la planta baja.

SevillaInfo ha tratado de obtener los permisos necesarios para visitar el interior del edificio, pero la frenética actividad que se registra en su interior y en el entorno no lo hace aconsejable, de modo que hemos podido recorrerlo en su perímetro y constatar el intenso trabajo que se viene realizando para llegar a tiempo de la entrega y recepción de las obras.

Aunque la entrada al mismo presenta aún el aspecto propio del desbarajuste que causan unas obras, así como ventanales aún tapiados en algunos de los edificios conexos, es fácil corroborar la continua descarga y entrada de materiales de construcción y a la continua actividad del personal que trabaja a toda máquina en el recinto.

A simple vista, una tercera parte del edificio principal está recubierto de andamios que posibilitan los trabajos de remodelación y es fácil comprobar que buena parte de los materiales que se almacenan en el exterior son los de reposición del sistema de ventilación, eléctrico y de fontanería, todo lo cual fue saqueado y vandalizado a lo largo de estos años de abandono.

Los ascensores estaban reventados, faltaban cañerías y hasta los cables de cobre fueron expoliados y en cierta ocasión al ser arrancados interrumpieron el suministro eléctrico del cercano barrio de Los Bermejales.

Basta repasar los reportajes publicados en los últimos años por diversos medios de comunicación, desde que la Junta recepcionó en 2004 la propiedad del edificio por parte del Ministerio de Defensa, para hacerse idea de cómo fue el proceso de degradación durante el período en el que la hoy ministra de Hacienda ocupaba el puesto de consejera de Salud de la Junta de Andalucía, quien, tras invertir 50 millones de euros en un fallido intento de recuperación, volvió a abandonarlo todo allá por el año 2009.

Las máquinas más avanzadas de radiografía y tomografía axial computerizada, de alto coste, permanecieron durante años almacenadas entre el polvo y la chatarra en los sótanos del edificio, de 83.000 metros cuadrados y con capacidad para más de 700 camas. Algunas de ellas pudieron ser recuperadas antes de su exterminio completo y enviadas a otras instalaciones hospitalarias de Andalucía, como el Hospital Virgen de las Nieves de Granada.

Aunque la finalización de las obras está prevista para el mes de enero, cabe suponer que su apertura parcial dependerá de las necesidades existentes para esas fechas por causa del covid.

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