El Ayuntamiento cierra a sevillanos y turistas el Parque y la Plaza de España en una tarde soleada de paseo 

El Ayuntamiento está llegando al colmo de sus desvaríos en manos de un alcalde lamentable como Juan Espadas. Ayer sábado, en una jornada de sol y cielo abierto que superó los pronósticos meteorológicos, los responsables de Parques y Jardines no fueron capaces de adaptar a la realidad las medidas previstas para un día aciago y de temporal. Sevillanos y turistas animados por el buen tiempo para pasear por el Parque de María Luisa y por la Plaza de España, se encontraron con la desagradable sorpresa de que estaban cerrados al público. 

Las imágenes de nuestra galería no pueden ser más descriptivas de otro error de la gestión del Ayuntamiento de Sevilla.  

El Parque de María Luisa y la Plaza de España permanecían cerrados a cal y canto por todas sus entradas (menos por las de los bares ubicados en su interior), dejando a sevillanos y turistas desconcertados por no poder acceder a sus senderos, jardines y glorietas para disfrutar de una apacible tarde de solHasta las palomas de la Plaza de América se habían echado en vuelo al Paseo de la Palmera buscando el sustento que le daban los transeúntes al otro lado de la valla del Parque. Niños y mayores se consolaban de esta forma en el exterior, decepcionados por haber encontrado blindado por la cancela este acceso en concreto del Parque.

Resulta increíble el techo de incompetencia al que está llegando el Ayuntamiento de Juan Espadas, un alcalde al que los sevillanos están deseando ver fuera del gobierno municipal de Sevilla, una ciudad que en opinión de muchos “tiene demasiada categoría para Espadas, la que él no tiene como alcalde ni como político”.

El boca a boca lo va contando entre un desastre y otro de la nefasta gestión de Juan Espadas: “Entró como un señor de la política, pero ha terminado arrojándose a los pies de los caballos de Sánchez, ha cogido su deriva comunista y todavía tiene la desvergüenza de protestar y quejarse de que Sánchez no haya conseguido en el Congreso los ahorros de los ayuntamientos españoles, doce millones de euros en el caso de Sevilla”. 

A la vista de lo ocurrido ayer en el Parque y en la Plaza de España, ha quedando patente que la maquinaria municipal de Espadas es lenta y se encuentra sin engrasar. No está preparada para reaccionar adecuadamente a cambios de circunstancias, como cuando las previsiones climatológicas no se cumplieron meridianamente, con un sol y un cielo azul que impusieron de manera indudable el buen tiempo, el que permitía perfectamente el paseo por el Parque y las prácticas deportivas de tantos que hubieron de asumir llevarlas a cabo rodeando las verjas.

El Ayuntamiento carece incomprensiblemente  de un protocolo que active una modificación inmediata de sus planesEspadas lo ha ido convirtiendo en un organismo inepto para reacciones urgentes, lo tiene sin márgenes para operar rápidamente si lo exige la aparición de otro escenario diferente al esperado, como ayer pasó con las predicciones meteorológicas.

Pero no quedó ahí la cosa. También hay que decir que, una vez más para  el Ayuntamiento, la tarde dejó al descubierto  -como el cielo azul intenso y sin nubes-  un panorama de decisiones municipales incongruentes en orden a que presuntamente sus normas pretendan la seguridad y protección de todos bajo los árboles. Porque mientras que los accesos al Parque de María Luisa estaban todos cerrados con candados en las cancelas, sí se podía entrar en las zonas que precisamente siendo igualmente del Parque ocupan los veladores de los bares situados dentro de su verja. El Ayuntamiento, entre sus tantas y diarias sinrazones para con Sevilla,  debe haber razonado que si se entra al Parque en calidad de cliente o consumidor de uno de sus bares, entonces no se corre peligro alguno bajo la arboleda o por cualquier otro riesgo sobrevenido por un temporal.

Pero aún hay más. Y es que a dos pasos de la Plaza de España (por cierto, transitada no se sabe por cuáles situaciones de privilegio o pases de favor), se encuentran los Jardines del Prado de San Sebastián.  De altas arboledas, como puede comprobarse por nuestro reportaje, estaban abiertos al público, llenos de niños jugando, a las mismas horas en las que el Parque de María Luisa estaba cerrado. Sin embargo, un poco más adelante y en zona muy próxima y casi continua al Prado,  los Jardines de Murillo estaban cerrados. Mas la puerta cercana del Alcázar en el Paseo de Catalina de Ribera, por donde se entra a los conciertos de las Noches en los Jardines, no advertía de ninguna suspensión, haciendo suponer que tampoco se corre peligro bajo el influjo de la música. Era como un juego municipal a lo margarita: sí, no, sí, no… muy natural si se cae en la cuenta de que se trata de jardines. En un trecho de la ciudad casi rectilíneo a grandes rasgos, en un corto itinerario sin apenas soluciones de continuidad (Parque de María Luisa, Plaza de España, Jardines del Prado de San Sebastián, Jardines de Murillo y Jardines del Alcázar), el Ayuntamiento ni sabe unificar criterios en orden a la seguridad y protección de todos pretendida en días de alertas meteorológicas, ni tiene capacidad de reacción cuando los pronósticos de lluvias y vientos no se cumplen bajo un espléndido sol que despeja el cielo y las dudas, y el Ayuntamiento tiene el mismo azaroso concepto de la seguridad e integridad física de los ciudadanos que el que ofrecen unos simples pétalos. Así los sevillanos y los turistas quedan todos sujetos a su suerte.

….




Share and Enjoy !

0Shares
0 0

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *