El agua embalsada en Sevilla cae a menos de la mitad

Las reservas de agua potable de los pantanos que abastecen Sevilla y su provincia han caído por debajo de la mitad de la capacidad total de agua embalsada, hasta situarse este martes en el 47,98% según los datos facilitados por la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG).

La falta de lluvias en este otoño especialmente seco, tras un verano con temperaturas extremas y una pasada primavera en la que apenas se produjeron precipitaciones de importancia, ha generado una caída de las reservas de hasta diez puntos por debajo de la situación en la que se encontraban los pantanos hace justo un año, en noviembre de 2016, por entonces a un 57,54% de su capacidad. La media de agua embalsada en los últimos diez años era incluso superior, al alcanzar un 62,46% de su capacidad.

Los pantanos que abastecen a Sevilla pierden hasta 2 hectómetros cúbicos a la semana.

Los pantanos que abastecen a Sevilla pierden hasta 2 hectómetros cúbicos a la semana.

En los últimos siete días, los embalses que abastecen de agua potable a la provincia de Sevilla han caído dos hectómetros cúbicos, siendo los pantanos del Huesna y de Melonares, el que abastece a la capital y su área metropolitana, los que más agua han perdido como consecuencia directa del consumo humano.

La situación, según todos los expertos consultados, no irá a mejor. Todo apunta a que tendremos un otoño e invierno mucho más seco de lo normal, con apenas precipitaciones de importancia y con temperaturas superiores a la media en esta época del año. Si no llueve con intensidad hasta finales de enero, la situación podría complicarse y, aunque no se vislumbra restricciones en el suministro a la población al menos durante los tres próximos años, si parece probable que se produzcan en el agua que se destina al riego de los cultivos.

La Sierra Sur de Sevilla, sobre todo los municipios de Badolatosa, Lora de Estepa, Casariche y La Roda de Andalucía, sufrieron este verano importantes restricciones en el suministro de agua, así como Pedrera, Aguadulce, Gilena, Martín de la Jara y Los Corrales como consecuencia del bajo nivel que experimentan los acuíferos, en concreto el de Becerro.




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