Ya sabe usted, estimado primer edil, que lo de “Las cuatro estaciones” de Vivaldi pasó a la historia, por lo menos en Sevilla. Que todo comenzó a transformarse, de manera irremediable, desde que el homínido se decidió a esquilmar hasta el último brillo de este planeta en el que la mayoría sobrevive y cuyo nombre es el de Tierra. Esas estaciones que hizo inmortales Antonio Lucio se quedaron definitivamente obsoletas. Y por eso le hago mi particular preguntita, como si de la JLo se tratara cuando canta “El anillo”.
En esta ocasión no hay anillos de por medio. Pero sí le digo que los alcorques que pueblan la Avenida Trabajadores Inmigrantes, en su largura y anchura, se muestran un tanto agresivos en cuanto al conjunto de hojas, ramas, cortezas y otros despojos de las plantas se refiere. Que lo puede ver con sus propios ojitos, vaya, si es que se digna a dar una vuelta de tuerca sobre “el triángulo de la basura” (El Cerezo, El Rocío, Hermandades del Trabajo-La Carrasca)
“Aún no es el tiempo para el desbrozo”, le dirán algunos. Puede ser. Seguramente, cuando estos hoyos estén en modo jungla será el momento. Pues nada, don Antonio Muñoz, siga los consejos de quienes le pueden asesorar en esta verde materia –que para eso cobran- y a una orden suya que se ponga en marcha el operativo de arranque de fronda y limpieza en estas numerosas cavidades arbóreas. Hombre, sería deseable que para antes del verano (los turistas de mochila se pasean por nuestros barrios) este asunto estuviera más que liquidado, ¿no le parece, alcalde?
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