Algo más de ciento ochenta años de proteccionismo para Vascongadas y Cataluña nos contemplan y a estas alturas, a la mayoría de los españoles, se les está quedando cara de tontos tras cuarenta y cinco años de falacias políticas que no han hecho otra cosa que facilitar que los independentistas vascos y catalanes afiancen sus pretensiones separatistas y que al mismo tiempo sean quienes gobiernan España. Septiembre ha comenzado con lo que toda la prensa nacional dice sentirse sorprendida. Urcullo tiene un plan; el mismo de siempre, aquel que hace unos años fue vendiendo en una gira internacional.
El Presidente de la Autonomía vasca acaba de interpretar una obra de teatro en la que él y su decimonónico partido de derechas son gentes de bien, demócratas y prudentes que acaban de encontrar una vía de, dicen ellos, ¨convención constitucional¨ para que Vascongadas, Navarra, Cataluña y Galicia tengan capacidad de decidir y lograr más autogobierno y la plurinacionalidad de España. Urcullo sabe muy bien de lo que habla y la prensa y los expertos en Derecho Constitucional que van de bolos por diarios e informativos televisivos, siguen sin querer leer entero el Art. 2 de la Constitución, se quedan en lo de: “…..la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles”. De ahí no pasan, nunca leen lo que viene después que dice: “y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones”. Nadie quiere leer lo de que España desde 1978 está dividida en tres nacionalidades – Urcullo quiere meter a Navarra por la sencilla razón de que el independentismo vasco quiere hacerse con Navarra – y dieciséis regiones y que es la Constitución la que hace que Urcullo hable de plurinacionalidad. No se engañen, la Constitución española es la única Constitución esquizofrénica de Occidente, la única que en un mismo artículo dice una cosa y la contraria, caso del Art. 2 y que en otro, en el 143, rizando el rizo, a unas regiones les reconoce una historia común y a otras no, como si toda España en su conjunto no tuviera una historia común.
Urcullo y el resto de la camarilla provinciana y decimonónica independentista, saben que la Constitución está en gran parte redactada para facilitarles lo suyo, no van a parar hasta lograrlo y la izquierda les va ayudar en todo. Sé que muchos piensan que exagero, pero lo que es exagerado y abusivo es que se redactara una Constitución a la medida de los deseos de varios partidos independentistas, que estos partidos sean legales, que tengan escaños en el Congreso y en el Senado y que formen parte de la Comisión de Secretos del Congreso y que, en resumen, les paguemos entre todos. Por cierto, Otegui, el de BILDU, ha dicho que se comprometen a que en el Estado español no haya gobiernos de derechas. Esta locura es como haber invitado a Hitler a la Conferencia de Yalta.
Otro dato, sin salirnos del análisis de la Constitución, que deja clara la falacia política española, es su Art. 26 , ese que dice que: “Se prohíben los Tribunales de Honor en el ámbito de la Administración civil y de las organizaciones profesionales”. Este artículo me ha traído a la cabeza el espectáculo que están dando la RFEF, otros y otras y el Gobierno en funciones con el asunto del beso. Por hoy lo dejo aquí que tiempo habrá, y motivos para seguir desmenuzando la esquizofrénica Carta Magna.
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