Torrente y la obediencia de vida

Las divagaciones (que no reflexiones) de ese émulo de Torrente que actúa como ministro, Ábalos Meco, para tratar de justificar el cadenazo que nos van a meter con los peajes y demás impuestos son un chiste como de Gila, sólo que más enrevesado y sin gracia ninguna.

Pero es todo tal que así, inexplicable, absurdo, con todas las garantías de que España está hundida, postrada, sin aliento, con un Gobierno que la chulea y le arrebata a los pocos que ya trabajan el fruto de su esfuerzo.

Cuando en Cuba empezó esta misma historia, allá por los años 60, los ciudadanos salieron huyendo hacia las costas de Florida y, 40 años más tarde, los venezolanos hicieron lo propio en dirección a España o a Colombia.

Falta ahora por saber hacia dónde nos dirigiremos los españoles, porque un autónomo que facture apenas 3.000 euros al año (una miseria) se verá obligado a pagar 1.080 euros de cotización anual, a razón de 90 euros al mes, pero uno que facture 49.000 euros anuales (¡ojo!, que facture, no que obtenga ese beneficio), además de pagar a sus empleados y los costes, tendrá que cotizar, aparte otros impuestos, más de 15.000 euros por año.

Lo que todo esto significa no es que los autónomos vayan a ganar menos porque el Estado les arrebata sus beneficios legítimos para repartirlos, sino que saldrán huyendo o se quedarán en sus casas, mano sobre mano, imposible de sostener ningún negocio.

La servidumbre nos hará libres, parece la proclama general dictada por este Gobierno de comunistas irredentos que tratan de convencernos de que es el batallón entero de Europa el que lleva el paso cambiado y no nosotros.

Hablo de la economía por abstraerme de todo lo demás y porque al menos en esto el PP y VOX parecen estar de acuerdo, porque si menciono otros asuntos, cualquiera puede comprobar que el PP está en el ajo y no pone ni una sola pega en toda la molicie de recorte de derechos y libertades y en adoctrinamiento sobre la senda de sostenibilidades insostenibles, de cambios climáticos que no afectan al clima, de transiciones digitales y ecoverdes que no transicionan a ninguna parte, de adaptación forzosa a memorias históricas que no son Historia, de desmantelamiento de la educación, de imposición de categorías indescriptibles sobre la Biología, de admisión de las invasiones múltiples que a Francia le está costando entrar en el abismo de la multiculturalidad mientras arden sus iglesias y sus hijas y esposas se encierran en casa a partir de las 6 de la tarde porque las bandas de magrebíes acosan, destruyen y violan todo lo que se menea a esas horas intempestivas en las que antes se salía a comprar un cruasán…

No hay futuro en el comunismo porque el futuro nunca llega, por definición, y esto no lo hemos aprendido todavía y a quienes los sabían parece que se les ha olvidado, que bajo el franquismo (y esto es lo que peor llevan), bajo el salazarismo en Portugal y hasta con el pinochetismo en Chile, la prosperidad crecía a medida que se acumulaba el sacrificio y el esfuerzo de los individuos para producir una transformación ineludible que conducía al bienestar y a la reivindicación de más y más derechos estables en una democracia, mientras que bajo el comunismo, como bien lo ha demostrado la experiencia universal, a sangre y fuego, todas las renuncias y sometimientos arrastran hacia el fondo del abismo. Y sin redención posible, hasta el colapso absoluto.

No hay bienestar mínimo imaginable si la punta de la flecha apunta hacia la Agenda 2030, donde te prometen como “summum” que comerás gusanos, no te moverás de tu entorno porque no tendrás nada, pero… serás feliz por decreto de quienes no se bajan del Falcon o acumulan propiedades a costa de tu lomo y han accedido al paraíso de los visionarios que atisban la utopía en cada idiotez igualitaria que se les ocurre.

No son ellos los que no entienden que nos llevan al pozo de la ruina absoluta, sino nosotros los que no terminamos de comprender que si esta senda no cesa de inmediato estaremos condenados a la intemperie de un desastre de proporciones irreversibles en el que quienes reciben una soldada de lo público serán sus colaboradores necesarios y ejercerán como un ejército contra nuestros derechos con tal de no perder los suyos, que aún mantienen.

Así ha sido a lo largo de la Historia y está sobradamente diseccionado que cuando un Estado se lanza por la pendiente de los arrebatacapas, necesita de una red clientelar bajo el disfraz de funcionarios y oficiales al servicio de la causa para imponer sus órdenes sin necesidad de que compartan las reflexiones o cuestiones de fondo. Basta con que obedezcan por temor a ingresar en el otro lado de la celda.

Primero (dijeron) vinieron a por los ricos y los empresarios, pero como no éramos ni ricos ni empresarios nada hicimos… Luego vinieron a por los autónomos, pero como tampoco estábamos en ese grupo, pues… Al fin, vinieron a por las clases medias y a por los trabajadores, pero para entonces nos dividieron entre quienes vivían de las exacciones y los que salían a la calle a buscar un sustento… Para entonces éramos todos zombis, como en la Alemania nacional-socialista o en la URSS stalinista obligados por las circunstancias a sostener a cualquier precio la infausta paga de la obediencia debida… La obediencia de vida.

He dicho.




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