Tablillas de Itálica. LOS CONFUNDIDOS

Uno de los fenómenos sociológicos más llamativos de la España actual es el de aquellas personas conservadoras en sentimientos y comportamientos que, sin embargo, se ven a sí mismas como de izquierdas, hasta el punto de votar a la izquierda cuando llegan elecciones. El caso contrario -personas de izquierda que se crean de derechas- no se da nunca. Bastarán algunos ejemplos señeros (entre miles) para confirmar esta afirmación.

Conocí muy de cerca a Carlos Solchaga. Yo era por entonces, en el Congreso de los diputados, portavoz del PSOE sobre política universitaria; después de cierta intervención mía desde la tribuna, Solchaga se me acercó para decirme: “¿No crees, Alfonso, que deberíamos privatizar todas las universidades de España?”. Un hombre de derechas, ministro económico de un gobierno socialista.

Y también en la política de la calle. Tuve la ocasión de escuchar a uno de los oradores revolucionarios del 15-M (de dónde nació Podemos) acampado en la Puerta del Sol de Madrid reproducir literalmente en su discurso el “Discurso a las juventudes de España” de Ramiro Ledesma Ramos, uno de los fundadores del fascismo español; incluso hoy, muchos de los supuestos intelectuales podemitas dicen tener como guía los libros de Carl Schmitt. ¡Asombroso!

Pero donde, sin duda, mejor se aprecian estas estrafalarias confusiones es entre los escritores. Pienso, sin ir más lejos, en Antonio Muñoz Molina, un extraordinario novelista, alguien que gusta de definirse como de izquierdas y que no pierde ocasión de fustigar a la derecha (por más que nunca precise qué significa derecha); y no obstante, en sus mejores ensayos de crítica social, si no supiéramos quien los firma, los  tendríamos por obra del más genuino conservador: ataques a la corrección política, a la igualdad por abajo, a la cultura del no-esfuerzo, a la plebeyez de la muchedumbre, al rechazo de toda excelencia y de toda élite….

La lista de tales confundidos es inacabable y sólo puede explicarse por la identificación inculcada del concepto de derecha con lo feo, lo inmoral, lo corrupto, lo iletrado, lo beato, lo malvado… ¿Quién va a querer entonces  definirse como hombre de derechas?




Share and Enjoy !

0Shares
0 0

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *