Son tantos los mediocres, los incompetentes, los fastidiosos y estorbos, incluso son tantos los cobardes y melindrosos que ocupan las primeras páginas y los artículos y columnas de periódicos e informativos de radio y televisión y tan poca la gente verdaderamente valiosa, brillante y ejemplificadora de la que tiene conocimiento el común de la ciudadanía…
Este verano que ya da sus últimos coletazos ha pasado lamentablemente demasiado desapercibido y con una repercusión mediática casi nula la presentación del “Informe sobre violencia política en Cataluña” correspondiente al primer semestre de este año 2019, que fue hecho público el pasado veintinueve de Agosto por el Presidente de “Impulso Ciudadano”, José Domingo y por el Presidente del “Movimiento contra la Intolerancia,” Esteban Ibarra. Estas dos Entidades son las responsables de la creación del Observatorio Cívico de la Violencia Política en Cataluña, cuya encomiable y necesaria labor, coordinada por Ángel Puertas, es la de recopilar los hechos e incidentes de violencia política que se cometen en esa región española abandonada dolosamente por el Estado central. Gentes todas de gran coraje y valentía, españoles de bien que aman su patria y la lengua que nos une a todos y que allí, y lamentablemente en otras regiones españolas, se está utilizando para desunir y enfrentar.
Nada más aparecer el informe, primero de los elaborados por el Observatorio, arreciaron los insultos, las agresiones desde las redes sociales y el acoso contra los miembros de las entidades responsables de la elaboración del mismo, como, por ejemplo, fue el caso de la luchadora ejemplar contra el separatismo Isabel Fernández Alonso, profesora titular de Comunicación en la Universidad Autónoma de Barcelona y miembro de “Societat Civil Catalana”, “Impulso Ciudadano” o la “Asamblea por una Escuela Bilingüe de Cataluña” e impulsora de “Universitaris per la Convivéncia”.
Esto me lleva a resaltar y llamar la atención sobre la valiente labor en territorio hostil que están desarrollando muchos profesores de Secundaria y profesores universitarios enfrentándose a la utilización de los centros educativos como canteras políticas de nuevos votantes independentistas por parte de los gobernantes catalanes, todo ello ante la dejación de funciones y el abandono de los sucesivos gobernantes del Estado español, no menos culpables de la situación.
Antonio Jimeno es otro de esos valientes, Catedrático de Instituto de Secundaria, Doctor en Ciencias Biológicas e Ingeniero Técnico en Química Industrial, autor de innumerables artículos sobre la enseñanza en España y Presidente del Sindicato AMES, de ámbito catalán. Jimeno se distinguió el pasado fin de curso por la lucha por una Selectividad única que no penalizara, por ejemplo, a los estudiantes catalanes castellano-hablantes sobre los catalano-hablantes, batalla que acometió su Sindicato junto con Impulso Ciudadano y la AEB (Asociación por una Escuela Bilingüe).
Esa lucha apenas saltó a unos pocos medios, mientras, sin embargo, nos bombardeaban en todos ellos con las tontadas de Sánchez y su Corte o las gansadas delictivas que salen por las bocas de Torra, Rufián y demás ralea independentista.
Antonio Jimeno publicó recientemente un valioso artículo llamado “El Gobierno podría acabar con el adoctrinamiento”, escrito a raíz del desagradable y lamentable incidente de la agresión por parte de una maestra catalana a una niña de diez años por el simple hecho de pintar una bandera de España en clase, hecho sucedido en un colegio de Tarrasa. Dicho artículo propone unas pautas que, si existiera voluntad política de aplicar correcta y firmemente, erradicarían la actual situación de cerco a los castellanohablantes en la escuela catalana y de “doma”, como calificó en su día el gran Albert Boadella, a que se somete a los alumnos en las clases, convertidas en auténticos viveros de futuros independentistas merced al adoctrinamiento, y por cuyos rincones lo que hasta ahora conocemos por España se está yendo por el sumidero, ante la mirada pasiva y culposa de los sucesivos Gobiernos de la Nación y, lo que es quizá peor, de muchos sectores de población, adormecidos, entontecidos por los medios de comunicación.
Es por ello mucho más digna de admiración, respeto y elogio, la valerosidad y el empeño de estas personas, gente brillante, inteligente y ampliamente formada académicamente, con su vida laboral y profesional plenamente resuelta y que además ha de vivir, ellos y sus familias, y ejercer sus funciones en Cataluña, que podrían mirar hacia otro lado y eludir los problemas (como hacen otros muchos), y que, en lugar de eso, claman en el desierto, en soledad y desamparados por el Estado que debía protegerlos, exponiéndose al acoso y la agresión a que son sometidos por las hordas fanatizadas por el independentismo en esa sociedad enferma.
Volviendo al comienzo de estas líneas, un somero estudio de ese imprescindible informe sobre la violencia política en Cataluña, que pocos de nuestros políticos habrán tenido la decencia de leer, y que muy pocos de los que estén leyendo estas líneas habrán siquiera conocido de su existencia, hace estremecer al pensar como toda una región plenamente española ha devenido en una especie de inmensa “Dodge, ciudad sin ley” arrastrada por el paroxismo fanático de unos, la connivencia interesada de otros y la inacción, indiferencia e insensibilidad de los que, hace mucho, deberían haber actuado.
Algunos datos contenidos en dicho documento retratan la terrible situación que viven en Cataluña aquellos que se oponen a la independencia, esas personas y familias que se niegan a sucumbir al yugo separatista:
“Los incidentes de violencia política constatados durante el período que va del 1 de enero al 30 de junio de 2019 son 189.
Las causas principales que han motivado el mayor número de incidentes son la respuesta de los grupos independentistas a los procesos judiciales que se llevan contra las personas implicadas en los sucesos de otoño de 2017; la celebración de elecciones generales y locales y europeas y la falta de neutralidad de algunas instituciones……Los incidentes violentos están asociados en la mayoría de los casos a fenómenos de hispanofobia…”.
Es en este clima en el que personas como los citados José Domingo, Esteban Ibarra, Ángel Puertas, Rafael Arenas, vicepresidente de Impulso Ciudadano, Isabel Fernández Alonso, Antonio Jimeno, todos los integrantes de esas asociaciones y sindicatos citados, del activo y fecundo Foro de Profesores, y otros muchos, gente como usted y como yo, de la llamada “sociedad civil”, gente que, toda ella, desarrolla su vida familiar y profesional en Cataluña, lejos de buscar el confort del silencio y la rendición, se niega a ello y lucha con coraje y pertrechada con las armas de la inteligencia, la palabra y, sobre todas las cosas, la razón que les asiste y el sentido común del que está tan huérfana esta sociedad, contra la dictadura independentista.
En la entrada en el digital Saliralaire.es, instrumento de “cohesión del asociacionismo catalano-español”, como ellos mismos se califican, informaba de la presentación del informe a que me he referido, acompañaba dicha información con la siguiente frase del escritor ruso Aleksandr Solzhenitsin: “la violencia sólo puede ser disimulada por una mentira y la mentira sólo puede ser mantenida por la violencia…” Contra la violencia y contra la gran mentira que es el independentismo están estos auténticos héroes anónimos que, modestamente, he querido visualizar hoy para aquellos que amablemente dediquen unos minutos de su vida a leer estas líneas. Héroes que, algún día, si es que España recupera la sensatez, recibirán la recompensa que nuestra sociedad les adeuda.
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