Curiosamente me entero de que el ayuntamiento pedirá al Ministerio de Fomento el cambio de nombre del aeropuerto de San Pablo, por el de Diego Velázquez. La izquierda española siempre se ha caracterizado por su vasto y profundo desconocimiento de la Historia de España, cuando no de la propia Historia de las ciudades que por desgracia desgobiernan. Esa ignorancia, sumada a su desagrado a todo lo que huela a Iglesia directa, indirecta o circunstancialmente hacen un cóctel muy de su agrado.
Verán lo que son las casualidades de la vida. El 16 de abril de1930 se inaugura, con la presencia del Rey Alfonso XIII, la línea de dirigibles Colón Transaérea en la finca sevillana Hernán Cebolla, cedida por el mítico torero y escritor Ignacio Sánchez Mejías, pero el proyecto de aeropuerto terminal no duró mucho tiempo, por problemas económicos de la concesionaria, y en noviembre de 1932 el Ayuntamiento firma un acuerdo con Zeppelin para construir una estación de anclaje en Tablada.
D. Ildefonso Marañón cede los terrenos del antiguo Cortijo de San Pablo, para la construcción del nuevo aeropuerto de Sevilla, y en agradecimiento a este gesto lleva el aeropuerto el nombre de su cortijo San Pablo, al estar en los que fueran sus terrenos.
Sus primeras instalaciones eran muy básicas y la inauguración del aeropuerto de San Pablo se produce el 11 de julio de 1933 (ayer se cumplió la broma de 87 años) con una escala del Graf Zeppelín procedente de Pernambuco (lugar de referencia de algo que está lejísimo y que realmente está en Brasil ). La Guerra Civil acabó definitivamente con toda esta historia.
Pero hagamos un poco de historia, pues todos los que han pedido el cambio de nombre de nuestro aeropuerto la desconocen. D. Ildefonso Lavín, natural de Matienzo (Santander), emigró con 17 años a Cuba, en los primeros diez años del siglo XIX. Allí trabajó en Guinnes y se integró en la familia criolla de López Gavilán, propietarios de Ingenios de Azúcar, contrayendo matrimonio con Dña. Ana Gertrudis López Gavilán. Gracias a su trabajo y esfuerzo, contribuyó a la prosperidad de la empresa familiar. El matrimonio tuvo dos hijas en Cuba, las cuales casarían con dos hermanos de la familia Marañón Martínez, también de origen cántabro.
Con el tiempo decidieron vender todas sus posesiones en la Isla de Cuba y regresar a España, afincándose en Sevilla donde decidieron reinvertir su fortuna. Una de sus primeras adquisiciones sería la Casa de la Moneda, que reformarían convirtiéndola en una pequeña ciudad, dotada de calles que recibirían los nombres de sus lugares de origen así como de ingenieros cubanos y otros nombres relacionados con la familia. D. Ildefonso Lavín y Ruíz fallecería en Sevilla en 1877 y sería sepultado en el panteón familiar del Cementerio de San Fernando.
Sus descendientes, ya sevillanos, favorecieron al engrandecimiento de la ciudad. Uno de ellos sería el antes mencionado D. Ildefonso Marañón Lavín, el cual regalaría los terrenos de su Cortijo de San Pablo, para en ellos construir el aeropuerto de la ciudad, y así dotarla de esta infraestructura de la que hasta el momento carecía. Asimismo, la familia contribuyó a la construcción del hospital de la Cruz Roja de Capuchinos, asumiendo los gastos, ya que hasta entonces dicha entidad no tenía sede en la ciudad, además sería propietario del Hotel Madrid, de varias fincas rurales, y de ganadería de caballos, que en la actualidad sigue perteneciendo a la familia y recibe el nombre de “Ganadería Marañón”.-
Fue uno de los fundadores de la Compañía Sevillana de Electricidad, miembro de la Junta del Banco de España en Sevilla, así como accionista de la Sociedad “Tranvías S.A.”, del Periódico “La Unión”; también intervino en la formación de la industria algodonera H.Y.T.A.S.A. Fue en dos ocasiones Diputado a Cortes por Sevilla en representación de Partido Liberal Conservador junto con Eduardo Dato. D. Ildefonso Marañón Lavín fallecería en la ciudad de Sevilla en 1948, siendo inhumado en el panteón familiar. y tiene una avenida dedicada , así como un monumento de su busto en los aledaños del aeropuerto que ya no existe.
La familia de D. Ildefonso Marañón Lavín tuvo relación por matrimonios con los Condes de Torres de Sánchez-Dalp y Marqueses de Aracena, al emparentar con dicha familia, que sería propulsores de la arquitectura regionalista de la ciudad de Sevilla, sobre todo con la construcción de la tristemente desaparecida Casa – Palacio de los Sánchez Dalp situada en la Plaza del Duque. Igualmente llegarían a la familia el Marquesado del Saltillo y los barones de Vega de Hoz.
La universalidad y genialidad de Velázquez es incuestionable, pero no tiene nada que ver en esta película, ni tenía un cortijo que se llamaba San Pablo, ni lo donó al entonces ayuntamiento de Sevilla para hacer un aeropuerto. Seamos consecuentes con nuestro pasado y nuestra Historia. La Sevilla oficial siempre osada por su ignorancia, y más aún, desagradecida con aquellos que la favorecieron con generosidad y largueza.
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2 Comments
Y encima lo de “Diego” (que apenas nunca se menciona asi). En todo caso, dentro de que es un disparate, mejor simplemente “Velázquez”. Pero el “Diego” le añade el tonillo didáctico de los patanes pedantes…
Es una historia muy bonita, pero siento tener que decirle que el Aeropuerto de Sevilla se llama Aeropuerto de Sevilla, sin ningún tipo de sobrenombre. Los nombres oficiales de cada aeropuerto español salen en el documento AIP que emite Enaire. En la parte AIP – AD – AD2 encontrará todos los nombres. Adjunto el enlace https://ais.enaire.es/AIP/AIPS/AMDT_332_2020_AIRAC_09_2020/AIP.html. Supongo que la explicación por qué la gente llaman al aeropuerto “San Pablo” es la que da en el artículo, pero antes de atacar a unas personas que quieren un nombre para este aeropuerto, debería haber comprobado primero sí de verdad es el nombre oficial.