Lady Bellota en los brazos del Tenorio

Vamos a ver cómo resuelve el PP otra de esas crisis idiotas a las que tanta querencia tienen en el partido, sólo comparable a la afición de los grupúsculos de la extrema izquierda a pegarse tiros en el propio pie.

Lo de ‘lady bellota’ y su consultor político de cabecera en Extremadura daría para un simposium o para una mala novela de ficción, de no ser porque antes fueron Casado y su ingeniero de telecomunicaciones, campeón de lanzamiento de huesos de aceituna, los artífices de un suicidio estremecedor y bobalicón, al más puro estilo de “el gordo y el flaco”, que comenzó por merendarse a la excelente portavoz del Grupo parlamentario, Cayetana Álvarez de Toledo, y acabó con un intento de almorzarse al mayor activo electoral del partido, Isabel Díaz Ayuso, sin que aún hayamos comprendido qué narices pretendieron ambos dos con semejante opereta bufa de salón de la que salieron más que chamuscados.

Creo que nadie peleará demasiado si sostengo que el PP se encuentra cerca de ganar las elecciones, aunque no tal vez por haberse ganado la confianza apabullante de una mayoría de la población, sino antes bien por una incompetencia acumulada y absoluta del candidato del Gobierno, cuyos índices de satrapía, de mentira y de chulería pueblerina le han granjeado tal clase de desprecio transversal entre los ciudadanos que sólo los irreductibles de sus siglas y los irredentos sectarios de guardia logran ponerle al mal tiempo buena cara y le muestran al susodicho una condescendiente comprensión que hasta no verse con el agua al cuello jamás había solicitado ni siquiera entre los suyos.

Tal ha sido la zafia actitud del incompetente que nadie ha conseguido olvidar sus continuos desplantes al Rey y su desprecio absoluto hacia las instituciones, por no mencionar la lista de barbaridades caprichosas establecidas por decreto que van desde inventar para su limitadita esposa un cargo de catedrática de su moño con mechas a colocar a un montaraz caudillito populista dentro del CNI.

Sigo teniendo para mí que al de la coleta lo obligaron a salir del Gobierno las autoridades de la UE y del Banco Central Europeo bajo la amenaza de que a España no le llegarían las ayudas previstas mientras semejante individuo siguiera de vicepresidente de España. Una cosa es perder el tiempo (y el dinero) con las frivolidades de Irene y su séquito y otra muy distinta es poner en manos de un peón al servicio de La Habana, o de Irán según el caso, (lo confesó él mismo antes de acceder al cargo) un tren cargado de oro para financiar la expansión bolchevique como sucedió con Lenin (el ejemplo también es suyo).

Sánchez, por su parte, ha documentado en este tiempo que su único interés consiste en mantenerse a bordo del Falcon haciendo uso del aparataje del poder, sin convicciones ni rumbo fijo, porque en realidad a él le da lo mismo las cartas que le toquen y siempre juega de farol. No hay un plan, salvo categorizar a sus rivales de cualquier cosa, ora con la etiqueta de fascistas, ora con la de negacionistas de lo que sea, por más que Vox se desgañite en exigir que se igualen las penas en toda suerte de violencias o apoyen a candidatos homosexuales. Aunque no por serlo, claro está.

Lo de indultar a golpistas, rebajar las penas por malversación y eliminar el delito de sedición suma puntos imborrables en la Gran Liga de los Majors de la Corrupción y deja los contratos fantasma de Illa durante la pandemia, la inexistencia del comité de expertos o el mantenimiento de un pillo como Fernando Simón en medio de un panorama de muerte y desolación a la altura de anécdotas testamentales.

Sus incombustibles le aplauden al felón que el otro día en lo de Évole confesara su penosa incertidumbre personal ante el escenario de la pandemia galopante que afectaba ya a su familia (se ve que el psicópata se resiente cuando le toca muy de cerca), pero olvida que el Gobierno animó a participar en el chocho-eme de aquellos días y que dos meses antes Marlaska purgó a un jefe de logística de la Policía previsor que había ordenado la compra de material de protección.

Tal vez por todo ello, a mediados de aquel primer verano se quiso sacudir la responsabilidad que le tocaba tras decretar un estado de alarma a todas luces inconstitucional y le prorrateó a las comunidades autónomas la culpa de lo que hicieran y les sucediera. O sea, se lavó las manos como un Pilatos desbordado e incapaz a la vez que su vicepresidente se escurría como un ratón asustado de aquel mando único que declaró que asumiría con las residencias de ancianos. Ni olvido ni perdón.

Ojo, porque Yolichari Díaz con sus discursos Tinky-Winky intenta ser la otra gran beneficiaria de los esperpentos perpetrados por el Don Juan Tenorio y pretende aglutinar el voto de los burlados, de los afrentados, víctimas de la sintomatología feroz de un engañador narcisista y egocéntrico cuya patología no habrían alcanzado a imaginar en semejante grado ni Zorrilla ni Molière reunidos con Tirso de Molina.

A medida que Sánchez quema los cartuchos mediáticos comprados con los 400 millones de euros que aprobó en el momento de anunciar la convocatoria de elecciones, el burlador cobrará conciencia plena en las encuestas del batacazo que se le avecina, pero no minusvaloren su osadía porque entonces estará más cerca de la tentación fatal de Indra.

No olviden, pues, su profecía, la que anunciaba que al día siguiente “algunos hablarán de un pucherazo mientras otros invadirán el Parlamento”… No se lo tomen a broma, porque quienes han rodeado un Parlamento hoy son las huestes progres en Valencia, mientras tomaban posesión sus señorías.

He dicho.




1 Comment

  1. Dulce dice:

    Se me había olvidado la cantidad de fechorías que ha cometido el infame.
    El nombre de Yolichari me encanta!!!!

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