Os prometo que en 40 años ejerciendo como periodista yo no había conocido esa impostada unanimidad insomne en torno a un caudillito político como la de ahora y tendría que remontarme al nebuloso recuerdo de la prensa franquista de la infancia para encontrar parangón con los elogios turiferarios que embadurnan desde primera hora de la mañana las redes sociales, en especial la del pajarito.

– “Vamos a ver, Pedro, ¿sabes lo que es una nación?”, fue la pregunta que un adoquín (invitado de piedra como candidato sin opciones) llamado Patxi López le hizo al aspirante a caudillito en aquellas primarias imborrables de 2017. Apenas ocho meses antes, el caudillín había sido expulsado sin contemplaciones de la secretaría general en un congreso extraordinario bochornoso en el que fue pillado in fraganti, con las manos en la masa de votos de una urna ubicada detrás de una cortina. Hasta Ximo Puig se sintió obligado a pedir disculpas entonces por el espectacular ridículo internacional ocasionado por Sánchez de la mano del instigador vasco-gallego Rodolfo Ares, fallecido el pasado mes de enero: un testigo menos, habrá pensado su persona.

En aquellas primarias, la otra candidata (a su pesar), Susana Díaz, le decía al inesperado aspirante a caudillín, en tono de regañina francamente casi maternal o de perdonavidas: “Yo creo, Pedro, que no se puede tener cada día de la semana una visión de España, siete visiones distintas; o 19, una por comunidad y ciudad autónoma… Y yo no digo que tú seas voluble, Pedro, sino que creo que tú vas cambiando de opinión en función de lo que te viene bien a ti, porque tú eres la primera persona a la que yo he escuchado decir en este país que España es una nación de naciones culturales… Eso ha sido muy imaginativo, Pedro”.

Con estos mimbres aramos, porque a continuación las crónicas coincidían en señalar que las bases se habían impuesto al aparato. De aquellos polvos estos lodos, porque si en aquella ocasión las bases laminaron la opinión de los barones que defendían la opción de Susana (otra defenestrada por su persona), ahora ha sido el propio Sánchez quien los ha dejado a todos a la intemperie con su acción de gobierno descabellada y abultada en embustes y maniobras torticeras, las cuales, en sus respectivas regiones, el electorado ha sido incapaz de digerir.

Y sin embargo, digo, en la espuma de los que aún cobran las dietas y entre aquellos apesebrados cuya ausencia de espíritu crítico constituye la mayor ruina del endiosado ‘rey desnudo’, se diría que al caudillo es menester elevarlo a la categoría de califa, príncipe de los creyentes en el recetario improvisado, amorfo, reversible, delicuescente, tramposo, despilfarrador, tuerceurnas y embustero de su persona…

Es así que se arraciman los community managers, los bots y los robots cada mañana, adocenados sucesivamente los ministros y los altos cargos de la mamela con un concejal exaltado que expele loas al caudillo como si practicara su taichí matutino de salutación al rey-sol, los silogismos parvularios perpetrados por algún diputado de provincias, la memez provocadora de Simancas o de un tal Pepe Zaragoza, las salchichas como ideológicas de Anabel Alonso, la piorrea cotidiana y contumaz de Maruja Torres en uno de sus piropos lujuriosos al caudillo, la desaforada pasión de un maestrillo militante radical con banderita republicana, la llorera protosindical de un pelagambas que no se manifiesta en las calles desde que Rajoy volvió al Registro, el martillito de herejes de los ex de Iglesias afincados en torno al castillito de arena que les está construyendo Yolichari para su refugio in extremis… Y todo en ese plan.

Las encuestas de Tezanos esta vez se han bloqueado y no sabemos si proclamará electo a su persona antes del 23-J o si es que ha abandonado su despacho para echar una mano en el diseño del sistema de recuento de Indra o en Correos los días previos a la votación.

Esta insomne unanimidad que les señalo es, me parece, un síntoma inequívoco de que su persona no se irá de la Moncloa si no le prometen un Falcon arrancado y listo en la pista de Getafe y la bodega del aparato cargada con las maletas de Ábalos y Delcy.

He dicho.