Al petaíto de Montesión se le va a acabar enseñar cacha.

Antes se hablaba de la de arpillera, con la que los muchachos hacían su costal, y de la tela con la que unían ésta al lado suave de la vida. Las más polémicas parecen ser las hechas con las sábanas del Macarena o del Virgen del Rocío, en la que seguramente algún familiar ya curado (de la enfermedad o de la existencia) habría pasado más de una nochemala. Y nos llevamos las manos a la cabeza por eso, que ¡cómo no va a estar la farmacia y la lavandería de los hospitales vacías!; enga ya, ome… -Y aquí ruego me dejen que haga un inciso para decirles que se ven por ahí fotos públicas de gentes semiconocidas, en espacios de trabajo, con batas blancas del SAS (con su logo en verde Betis), y que si me lo permiten voy a dudar de que las lleven puestas por motivos emocionales como las sábanas, sino más bien económicos- .

Pero vuelvo a lo que iba, que se creará el Salón Internacional de la Moda Costalera y coFrade, el SIMCOF. Que la camiseta del Petaíto ya no se lleva; que eso de sufrir para llevar los pasos ha evolucionado; que la camiseta ya no te ahoga por la tensión de la faja y el costal; que no se va deslizando a golpe de levantá, ni de chicotá; que ya no se suda; que no se te sube la camiseta y ni se arruga a la altura de los riñones; que no es una camiseta común y corriente, que no. Que no se enteran ustedes. Ni yo.

Que se ha patentado un modelo para el costalero modelo, que evita todo lo anterior, cosida a conciencia, con algodón del bueno, de los campos del sur de EEUU, nada de China, con su forma en la espalda (menos mal que las señoras no somos costaleras, que si no, iban a saber lo que es un escote en la espalda), con su cinta de ribetear en su sitio, como Dios manda, con un fabricante pijo de nombre, con caballo y reloj…

Que… ¡a ver el precio que tienen! Que antes se salía de costalero por devoción y/o por promesa y lo mismo daba llevar un saco de plástico que un jersey de lana, porque el caso era levantar el peso y andar chiquitito. Que lo que vale es eso. Y ahora parece que eso tampoco, que acabarán entrando las cámaras bajo palio (más aún) a ver si están todos bien peinados, o lo que es peor, saldrá una ordenanza que diga que tienen que ir de uniforme, como los cocheros de caballos, que son propiamente, niños de LaSalle.