Desde que tengo memoria, la revista estadounidense TIME viene nombrando a mediados de cada diciembre a los personajes más célebres del año, siendo el más laureado aquel que se designa como “El hombre (La mujer) del año”, si bien hay un cuadro de honor para el héroe (personaje con valor épico), el atleta o el artista de dicho período, que, obvio es decirlo, pueden recaer también sobre mujeres.
En esta ocasión, el elegido entre los más de 7,8 billones de habitantes del planeta fue el particular magnate Elon Musk: “Pocas personas han tenido más influencia que Musk para la vida en la Tierra, y potencialmente también para la vida fuera de la Tierra”, argumentó Edward Felsenthal, editor de la publicación, sobre las razones de su designación.
El personaje en cuestión reúne una serie de características que lo hacen admirable, y otras que lo convierten en prototipo del hombre de este tiempo que nos ha tocado vivir. Entre estas últimas me llama la atención el hecho de haber nacido en Sudáfrica, pero estar nacionalizado al mismo tiempo como estadounidense y, por parte de madre, como canadiense (paradigma de globalización). Otra característica es su gusto por la provocación, siendo calificado como errático, imprevisible e incontrolable por sus manifestaciones a los medios así como por su postura en contra de más gravámenes a los multimillonarios y sus ‘rifirrafes’ con funcionarios de la Organización de Naciones Unidas sobre las formas de ‘acabar con el hambre mundial’.
Vaya por delante que estamos ante el hombre más rico del mundo en 2021 según la lista “Forbes”, con una fortuna de 266.000 millones de dólares, pero también de alguien que sufría acoso en los cursos de primaria por sus compañeros de colegio; que cuando tenía ocho años, se divorciaron sus padres, y ya con diecisiete, huyendo del servicio militar obligatorio sudafricano, se trasladó a Canadá con su madre y sus dos hermanos en condiciones tan precarias que le llevaron a tener que estudiar y trabajar al mismo tiempo.
Tras obtener sus licenciaturas en Economía y Física, Musk decidió entrar en tres áreas en las que consideraba había «problemas importantes», como luego indicaría él mismo: «Una de ellas era internet; otra, la energía renovable, y la otra, el espacio».
Echándole valor y coraje, estuvo trabajando en Estados Unidos con una visa (tarjeta de residente) temporal, viviendo en la oficina donde trabajaba de 4m x 9m, duchándose en sus instalaciones y alimentándose con comida barata.
En 1999 fundó X.com, una start up financiera que se convirtió en el primer banco por internet y del cual nació el sistema de pagos Pay Pal, ¿les suena?, que a través del puerto de infrarrojos permitía enviar dinero entre usuarios. Pues bien, la venta de Pay Pal le aportó a su patrimonio una plusvalía de 180 millones de dólares después de impuestos, de los que dedicó 100 a fundar SpaceX, 70 a Tesla, Inc. y 10 a SolarCity.
SpaceX se dedica a desarrollar y producir lanzaderas espaciales, con énfasis en la reducción de costes y una alta fiabilidad. Los primeros dos cohetes de transporte diseñados por SpaceX son el Falcon 1 y el Falcon 9, y su primera cápsula es la Dragon, que ha sustituido al transbordador de la NASA. Musk ve la exploración espacial como un paso importante en la expansión -incluso la preservación- de la conciencia humana, y ha dicho que la vida en múltiples planetas nos puede servir como una defensa en contra de amenazas a nuestra supervivencia. Pretende crear una constelación de satélites con el objetivo de brindar un servicio de internet de banda ancha, baja latencia y cobertura mundial de bajo coste.
En cuanto a Tesla, el convencimiento de que el coche eléctrico es el futuro del transporte, ha colocado a la firma como líder avasallador en el sector de la automoción. En octubre pasado superó el billón de dólares en capitalización, más que la suma de los cinco grandes tradicionales (Toyota, Volkswagen, Daimler, Ford y General Motors).
Sin ánimo de cansar al lector, nuestro hombre, además, tiene iniciativas en paneles solares, neurotecnología (Neuralink es una empresa de nanobiotecnología que tiene como objetivo integrar el cerebro humano con la inteligencia artificial), trenes ultraveloces o inteligencia artificial.
A alguien así, que crea soluciones para una crisis existencial, que personifica las posibilidades y los peligros de la era de los titanes tecnológicos, y que impulsa las transformaciones más atrevidas de la sociedad, se le pueden perdonar los excesos de sus burlas agresivas (llamó marioneta de los sindicatos al presidente de los Estados Unidos) y de sus extravagancias (hace poco presentó un programa semanal de humor, Saturday Night Life, en una cadena de televisión americana), ¿o no?
Alberto Amador Tobaja: aapic1956@gmail.com
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3 Comments
Artículo excelentemente documentado. Hace tiempo que voy leyendo los avances de Musk, y aunque es incuestionable su enorme capacidad personal y económica , está absolutamente obsesionado con Neuralink, a la fuerza quiere convertirnos en transhumanos, este es en realidad su gran reto personal , y es a la fuerza, porque si nos dieran la opción de elegir, sin duda elegiríamos no. Quiere de verdad controlar el pensamiento. Algunos le tachan de psicópata como a Gates. Otra persona que acabará imponiendo el control de los individuos. Una pena que usen el disfraz de filántropos para controlar la humanidad .
No pasaré por ahí , y no compraré sus coches , y son bien bonitos . Y uso Apple. No entraré libremente al control del pensamiento , nosotros quizá no lo veremos , pero lo harán , ya están muy cerca , más de lo que está publicado .
Muy a mi pesar, no estoy vacunada, no hasta que pasen varios años o alguna de estas “ plagas” me obliguen. Pasé en Septiembre el COVID asintomática , me contagié en el trabajo. No tengo secuelas, y lo natural no es morirse de COVID como nos hacen creer. Lo natural es pasarlo leve , claro que hay que trabajar un buen estado de salud , eso , es responsabilidad de cada individuo. La obesidad, el estrés, la hipertensión , hasta la diabetes tipo 2, serían evitables con una dieta baja en hidratos de carbono, baja en sal , baja en grasas saturadas , y mucho deporte. CERO TÓXICOS ( llámese tóxicos a los hábitos sociales de alcohol, tabaco o drogas). Pero es incómodo y la mayoria de personas no quiere oír esto. Ayer un compañero me confesó que cuando sale bebe unas 10–12 cervezas.
Esto como se llama ????
La vacuna si la veo en los grupos de riesgo, donde la relación riesgo/ beneficio es alta. Pero sería cuestionable que los jóvenes sanos sufran los efectos secundarios a veces muy graves, de un tratamiento experimental . Cierto que la cifra de efectos adversos es baja, es baja a muy corto plazo , pero desconocemos cómo se comportará a largo plazo . El miedo es libre , por supuesto. Pero no se puede comprar el tiempo, como sí se compraron las licencias, la única forma de saber que pasará a largo plazo , es justamente que pase el tiempo.
Es un tema tedioso , en el que están muy mezcladas muchas organizaciones mundiales. En el que han dividido a familias y amigos.
Cristina Martín lleva muchos años estudiando todo esto , y he leído alguno de sus libros. Dedicó su tesis doctoral al Club Bilderberg , y ha destapado cosas muy feas por llamarlo de alguna manera. A poco que hablo en privado con compañeros, saben todo esto, están de acuerdo con los razonamientos pero no quieren ir contra el sistema, la verdad no podremos ir , al final nos obligarán a todo , como antes dije, se llegará al control del pensamiento .
M.L.C
Buenas,
En mi opinión el paradigma de la influencia de este señor en el año 2021 ha sido como con sus tweets ha conseguido mover en ambas direcciones la cotización de las criptomonedas. Algo que ni los bancos centrales han sido capaces. Como cada semana un placer leerte.
Un saludo,
Pedro.
Confieso estar poco enterado de la evolución de este personaje, quizá porque lo veo en un mundo muy diferente al mío. Su trayectoria es la típica del hombre hecho a sí mismo, emprendedor y que ha empezado casi desde cero. Un tipo sin duda polémico ( no estoy muy en desacuerdo respecto a lo de Biden ), pero me preocupa más lo que dices de los peligros de la tecnología. Crear enorme monstruos empresariales dedicados a la tecnología me resulta cuando menos inquietante. No soy “conspiranoico”, pero de estos creo que, cuando menos hay que sospechar. Y no creo que haya que perdonar excesos, ya que por un parte, al susodicho le trae al fresco, y por otra, se excede porque puede. Como siempre, magnífico texto y acertada temática