“Si creen que la educación es cara, prueben con la ignorancia”, reza el célebre aforismo atribuido generalmente a un presidente de la Universidad de Harvard. Algo análogo sucede cuando se trata de plantar batalla o no a las olas que nos revuelcan y nos vapulean a diario en esta apartada orilla del progresismo occidental.
Si piensan que no merece rebatir las continuas ocurrencias de ese ejército de ignaros y abducidos que vemos a diario en las redes sociales, probemos a no hacerlo y pronto nos encontraremos la carta de ajuste con la bandera republicana en los televisores y los caretos de los marqueses de Galapagar acuñados en el reverso de las monedas de 3 euros… Y no me digan que no existen las monedas de ese valor porque eso sí que lo arreglan estos tíos en menos de lo que tarda una cajera de supermercado en quitarse la mascarilla.
Aunque el “Resistiré” se convirtió en la canción de los balcones durante la pandemia, creo que debiera ser el himno del gobierno de Sánchez, donde no se ha movido ni un ministro de su sitio cuando lo que no ha parado de sonar por debajo de la cantinela es el “Escándalo” de Raphael…
La tormenta que nos han derramado encima durante tres meses ha sido un monzón insostenible de negligencias, ineptitudes, fullerías, corruptelas, bulos, amenazas, chantajes, falsedades, ocultaciones…, además de una barahúnda escandalosa de muertos capaz de aterrorizar a Darth Vader. Así, de escándalo en escándalo, nos han conducido al hartazgo y casi no nos quedan ganas, ante el panorama económico tenebroso que se nos avecina, ni de rebatir más idioteces.
No habían terminado con el 8-M y nos colocaron encima la guerrita de las estatuas, pero enlazaron las estatuas con las chorradas del arcoiris y el supuesto derecho de los lesbianos, o yo no sé, a acudir al ginecólogo…
Antes de que se haya apagado el ruido ensordecedor de toda esta pelambre, la han emprendido de nuevo contra el franquismo y dicen que la pasta de los ERTE y del Ingreso Mínimo Vital se la van a gastar en abrir fosas del 36 y en ‘resignificar’ al Valle de los Caídos. Ahora tengo la certeza de que ese alguien que voló sobre el nido del cuco… era socialista y volaba en Falcon.
Sin afán exhaustivo, en la última semana hemos visto cómo el juez reabría los procedimientos contra Chaves y Griñán (esta vez por el fraude millonario en Cárnicas Molina y aún quedan más de 200 procesos pendientes); hemos conocido el intento de soborno a un alcalde del PP en la provincia de Huelva mientras continúan los rebrotes; hemos asistido al flagrante hallazgo de un vicepresidente del Gobierno que se apoderó y destruyó la tarjeta del móvil de su protegida damisela, la cual es, tal vez, miembro de los servicios de inteligencia de Marruecos; hemos contemplado el cinismo de un PSOE que denunciaba la transformación de un pequeño hotel en el Cabo de Gata al cual la Administración de Susana Díaz le había otorgado hasta nueve informes favorables; hemos conocido que un ex consejero de la Junta está a punto de sentarse en el banquillo por otro fraude de muchos millones de euros relacionados con la formación a desempleados… Pues bien, un escándalo tras otro, pero la discusión es sobre la pedrada a una diputada de VOX en el País Vasco y sobre la dimisión del ex juez Serrano, un tipo al que unos socios desaprensivos parecen haber estafado.
No quedan ganas ni de discutir, ya digo, porque la tormenta no cesa, aunque estén cayendo 40 grados a la sombra, pero prueben a no rebatir tanta manipulación y tanta mentira y estos sátrapas convertirán nuestro último verano del post capitalismo en el diluvio universal.
En lo de la tal Dina Bouselham no termino de enterarme cuál fue la pretensión del líder, quizá tapar las infidelidades con una amante, pero en esos trapicheos caben tres novelas de Ian Fleming, que es el otro Fleming, no el de la estatua que esos ágrafos zurdos rotularon con acusaciones de “asesinos” queriendo señalar a los toreros que le erigieron una estatua de agradecimiento. La cosa, como ven, parece que va de cuernos y cornamentas, creo.
Pero el marqués del FRAP no da la talla de agente 007, salvo, al parecer, regalando favores entre las sábanas del Lidl y bebiendo calimocho en lugar de Dom Prerignon cosecha del 64. Huele mal y no sólo por la aversión que le tienen al jabón o porque se duchen poco.
De corrales sabemos apenas que Ávila ha anunciado los primeros festejos tras la pandemia, entre el 17 y 19 de julio próximos, pero el verdadero miedo no proviene de los corrales taurinos ni del virus, sino de la posibilidad de un ‘corralito’ que enjaule los ahorros de subsistencia de los españoles a la manera del sucesor de Tsipras en Grecia, que mantuvo a sus paisanos durante dos meses de verano haciendo cola en los cajeros para retirar un máximo de 60 euros diarios.
PS: Y C’s…, arrimándose al perol.
He dicho.
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