El nuevo colegio de la Princesa Leonor, el UWC Atlantic, se encuentra a escasa distancia de Aberfan, la localidad que protagonizó la tragedia minera que aparece en la serie “The Crown” y su programa de estudios constituye una experiencia muy singular que pretende salvar las distancias entre personas de diferentes países y niveles socioeconómicos para favorecer el entendimiento en aras de la paz.
Toda la basura regurgitada por la tropa progre en estos días en torno a los estudios en Gales de la Princesa Leonor se ha centrado, como suele ser habitual, en la demagogia que acompaña a este país, especialmente desde que llegó Podemos a la política española y el irredento Sánchez le abrió las puertas por su mero interés personal.
Ni el coste, ni lo recomendable de estudiar fuera de España, ni lo igualitario debieran ser objeto de polémica de ninguna forma, pero todo ese malandrismo de los demagogos tapa u oscurece la elección de un colegio como el UWC Atlantic College para los próximos dos años en los estudios de la Princesa.
Cabe decir como medida precautoria que dicho colegio se encuentra ubicado entre las ciudades de Cardiff y Bridgend, formando un triángulo muy cercano con el pequeño pueblo de Aberfan. En la exitosa serie “The Crown”, sobre el reinado de Isabel II, ocupa un lugar principal la tragedia ocurrida en esa localidad minera en 1966, cuando la rotura de una balsa de más de dos millones de toneladas de lodo arrasó la zona y se llevó la vida de 116 niños en la escuela del pueblo.
Se convirtió en tragedia nacional y fue una de las pocas veces en que se vio llorar en público a la Reina de Inglaterra. Gales fue también el lugar elegido para los estudios del Príncipe Carlos y donde tomó posesión del título que lo convertiría en el polémico heredero de la Corona al salirse del guión y pronunciar un discurso en galés en el que alabó y defendió la singularidad y el sentimiento nacionalista de los galeses.
Más allá de esto, los UWC (Colegios del Mundo Unidos) forman una red de 18 escuelas y colegios extendidos desde Canadá a Singapur, con un plan establecido por un educador alemán llamado Kurt Hahn tras la II Guerra Mundial cuya inspiración consistía en salvar los problemas de entendimiento y puntos de vista entre personas de diferentes culturas, países, civilizaciones, procedencia social y niveles económicos que ayudasen a superar la llamada Guerra Fría. No digo si nada de esto es bueno o malo, si es buena o mala elección, pero debiera ser el objeto del debate.
La forma de conseguirlo es tan compleja y sofisticada que se aleja en todo de la miseria moral que acompaña a los debates actuales en nuestro país, sobre todo, ya digo, cuando quienes capitalizan los debates son los tuits atrabiliarios de esta izquierda irredenta, soez y gansa que acapara el foco con sus sectarismos del ropero comunista y que anda preocupada en la misma escala por estas cosas que por exigir un informe sobre el machismo de las pasarelas en la playa gaditana de Cortadura, por la violaciones de los gallos sobre “les gallines” o por declarar caprichosamente antitaurino al pueblo de Espartinas…, que será “Espartines” en la meninge idiota del concejal de IU-Adelante Andalucía José María Calado, cuyo concepto de la extrema izquierda o derecha serán Gento, Jairzinho, Jesús Navas o Joaquín.
Hay colegios UWC en lugares tan distintos y distantes como Costa Rica, Tailandia, Tanzania, Armenia, China, Japón, Italia, Noruega, India, Hong Kong, Venezuela, Bosnia o Swazilandia, y su sistema comprende un modelo de supervisión muy sofisticado en el que los exámenes finales terminan por elaborarlos y evaluarlos profesores de distintas partes del mundo que desconocen por completo el contenido de las materias que han impartido los profesores en clase, obligando así a los alumnos a obtener una visión propia sobre cada materia objeto de debate.
La presidencia de dicha red fue asumida desde el principio por Lord Mountbatten, al que sustituyó, tras su muerte en atentado terrorista en 1975, el propio Príncipe de Gales, Carlos de Inglaterra, hasta 1995, año en que fue sustituido por la reina Noor de Jordania. La presidencia honorífica de los UWC recayó entre 1999 y hasta su fallecimiento en 2013 en el ex presidente sudafricano Nelson Mandela.
El UWC Atlantic de Gales, centro fundacional de la red de Colegios Unidos del Mundo (UWC, por sus siglas en ingles) se encuentra ubicado en el viejo castillo medieval de St. Donat, aislado en el valle de Glamorgan, una construcción medieval muy del estilo de Harry Potter que perteneció en algún momento al magnate William Randolph Hearst, aunque a buen seguro no destaca por la comodidad de sus instalaciones.
Si hay algo en esta vida que a los progres no les interesa un pijo, es, sobre todo, el entendimiento entre personas, pues su única ocupación perpetua es el fanatismo sectario y aplastar la disidencia cuando ocupa el poder o cuando dispone de la más mínima posibilidad de imponer sus desquiciados caprichos.
Cuando esa tarea queda fuera de su alcance, entonces sí se pasan el día reivindicándose como minoría y acusando a todo quisque de fascistas, reclamándose sojuzgados por la mayoría y por el poder que les prohíbe, les oprime y les persigue, lo cual sólo existe en la pulsión envenenada que les habita dentro y que ellos desean imponer a toda costa.
Aman el exterminio del entendimiento entre personas, son los verdaderos novios de la muerte de la libertad y del intelecto y en un colegio como el de la Princesa Leonor no superarían el nivel moral y cognitivo de una de las piedras de los muros del castillo.
He dicho.