De segunda mano

Aquella tarde, mientras paseaba por la calle María Auxiliadora en las inmediaciones del jardín del Valle, me llamó la atención un grupo de personas que se agolpaban formando cola, para poder entrar en un comercio en el que no había reparado antes, justo en la acera de enfrente.

Se trataba de Cash Converters, una tienda de objetos de segunda mano, a la que acudían potenciales compradores en busca de algo que regalar en fiestas navideñas. Ciertamente, nunca había caído en la posibilidad de regalar algo de segunda mano, pero soy consciente de que se trata de un sector, Second hand para los ingleses, con mucha tradición.

En Sevilla, el mercado del Jueves, en la calle Feria, cuenta con ocho siglos de historia: la primera referencia se remonta a 1292, cuando el rey Sancho reguló su celebración. En ese momento, ya era conocido como el Jueves por celebrarse ese día de la semana, pero no fue hasta el siglo XIX cuando se trasladó a su actual localización. Se calcula que el mercado se celebraría desde la Reconquista de la ciudad por San Fernando, quizás como continuación de los bazares árabes que se celebraban en la Sevilla musulmana.

Esa es nuestra tradición, como lo es la del Rastro en Madrid, pero se han habilitado otros mercados con miras sociales, como los Retos, Madre Coraje o Humana, y otros con miras empresariales, como Merkausado o Mundo Usado, que han hecho que estos comercios adquieran auge, impulsados por los vientos de Economía circular y sostenibilidad con el medio ambiente.

El estudio publicado por Boston Consulting Group (BCG) y el especialista en segunda mano Vestiaire Collective, revela que el ritmo de crecimiento de este sector se está acelerando (entre un 15 y un 20 % anual). En España facturó 110 millones de euros en 2020, sin tener en cuenta a un clásico de la segunda mano como es el sector automovilístico.

Se ha popularizado la expresión recommerce o comercio inverso, que consiste en la venta de productos de segunda mano, nuevos o usados, principalmente dispositivos electrónicos o medios como libros, a través de canales de distribución físicos o en línea, a compradores que los reparan, si es necesario, luego los reutilizan, reciclan o revenden.

Pregúntenle a nuestros jóvenes si han usado alguna vez la aplicación de Wallapop, empresa española fundada en 2013, que ofrece una plataforma dedicada a la compra venta de productos de segunda mano entre usuarios a través de Internet (utiliza la geolocalización que ofrecen los dispositivos móviles para que los usuarios puedan comprar y vender en función de su proximidad geográfica a través de la aplicación), y verán como la mayoría ha hecho uso de ella.

Es normal que con la subida de precios en 2022, mantener el hábito de los regalos haya encontrado en estos comercios una vía de escape a la inquietud provocada por no contar con un disponible adecuado. Según Milanuncios, tres de cada diez españoles han comprado o se plantearon comprar estos productos, facilitando así un consumo más responsable y respetuoso con el medio ambiente.

Optar por un artículo de segunda mano, no disminuye la importancia del regalo. Al contrario, si se hace bien lo convierte en algo más especial y personalizado. Pensemos en la moda vintage (en español vendimia o año de cosecha) referido a  objetos o accesorios con cierta edad, que no pueden aún catalogarse como antigüedades, y que se considera que han mejorado o se han revalorizado con el paso del tiempo. Así, cuando hablamos de ropa vintage nos estamos refiriendo a prendas que fueron realizadas –y vividas– en años o décadas anteriores y que cobran valor con el tiempo.

Por productos, los más demandados son los coches, las bicicletas y las furgonetas en los primeros puestos, seguidos de los iphone, las sillas, las bicicletas y la ropa infantil, con firmas especializadas en esta última rama, como Percentil. Eso sí, donde más está creciendo actualmente la demanda es en los vestidos de novia, con un incremento del 121 % en 2021.

Ya no se habla de coches “de segunda mano”, sino de coches “de buena mano”, pues gracias a las revisiones llevadas a cabo por firmas especializadas, los autos se entregan con el sello de calidad de una revisión completa, kilometraje garantizado, cero daños estructurales, mecánica 100 % garantizada y revisada 360 grados.

Es curioso como podemos cambiar la percepción de un mismo acto con el paso del tiempo: de sentir rubor por adquirir prendas de segunda mano, a vivirlo como algo que ayuda a la conservación del planeta.

Alberto Amador Tobaja: aapic1956@gmail.com




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1 Comment

  1. Totalmente de acuerdo , lo que está bien , es útil y sirve hsy que utilizarlo .
    Un cordial saludo , Mª Soledad

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