Cartel de la Navidad de Sevilla. La polémica está servida

Cartel de la Navidad 2017 de la Asociación de Belenistas de Sevilla, obra de Manuel Peña.

Cartel de la Navidad 2017 de la Asociación de Belenistas de Sevilla, obra de Manuel Peña.

Anda media Sevilla, la que ha tenido acceso a la información, un tanto revolucionada por lo singular del cartel anunciador de las fiestas de Navidad que, como cada año,  ha presentado la Asociación de Belenistas de la ciudad. El cartel en cuestión, obra del pintor Manuel Peña, sorprende en cuanto la mirada se posa sobre la obra, perturbadora, pues para empezar rompe todos los moldes con respecto a carteles de años anteriores y se aleja de cualquier atisbo navideño, acercándose por contra a otras interpretaciones políticamente correctas. La imagen que proyecta el cartel tiene toda la intención del mundo a ojos del profano. El artista, especialista en el hiperrealismo, ha dado rienda suelta a todo su talento y nos presenta un cartel anunciador de unas fiestas de naturaleza religiosa, representando a un desinhibido arcángel Gabriel, sin ningún elemento que recuerde las fiestas propias de estas fechas. Los detalles y el conjunto general que sí saltan a la vista, valdrían para anunciar cualquier otra fiesta, especialmente una cabalgata, pero no una fiesta religiosa y menos la Navidad. Se nos podrá acusar de todo, que es lo más probable, por interpretar el cartel en cuestión, pero lo que no cabe duda es que sin la menor mala intención, el cartel emite una imagen cuanto menos confusa, incluso provocadora. Muchos artistas utilizan precisamente la provocación para darse a conocer, cuestión absolutamente legítima, y este cartel consigue provocar. Nada hay que reprochar al artista y al colectivo que lo encarga, pues la factura técnica de la obra es impecable y el dinero con el que se ha sufragado no es público. El único problema es que es el cartel oficioso de la Navidad de Sevilla y dudamos que represente ni una cosa ni la otra.




1 Comment

  1. Miguel Ángel Loma dice:

    «Nada hay que reprochar al artista y al colectivo que lo encarga, pues la factura técnica de la obra es impecable y el dinero con el que se ha sufragado no es público».

    Habría que matizar que no todo lo que técnicamente se hace de un modo más o menos impecable, porque esté sufragado con dinero público resulta irreprochable. Y especialmente no resulta así, cuando se toma como objeto «artístico» una imagen religiosa que queda, quiérase o no, ridiculizada.

    Espero ansioso que el artista no se detenga exclusivamente en su particular «tratamiento» de personajes de la fe cristiana, y avance hacia similar tratamiento en otras religiones, como por ejemplo, no sé… ¿la musulmana?

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *