La tarde del viernes 3 de marzo y hasta el domingo día 5 a mediodía, la sala de exposiciones y conferencias de La Revuelta acoge una singular exposición de pintura y dulces del convento de San Leandro de Sevilla a beneficio del cenobio sevillano, que en algunas zonas se encuentra en graves problemas de conservación y su restauración se dilata en el tiempo.
Se trata de una iniciativa que surge de las alumnas del taller de pintura de Nuria Postigo, en colaboración con la bolsa de Caridad de la Hermandad de La Cena (iglesia de Los Terceros), conocedoras de la pésima situación que atraviesa este hogar de las monjas agustinas, uno de los más antiguos y también más valiosos de la capital hispalense.
Las alumnas del taller expondrán a los asistentes para su venta, con una amplia variedad de técnicas y formatos, numerosas obras de producción propia con la finalidad de obtener fondos para las obras de restauración que se llevan a cabo en el interior del convento desde hace años, en especial en la zona del compás de acceso por la plaza de San Ildefonso, que se encuentra en un estado deplorable después de que se emprendieran labores de sujeción para impedir su desplome.
Al mismo tiempo, la treintena de madres agustinas que habitan en la actualidad el recinto fabricarán especialmente para la ocasión sus famosos dulces, entre ellos las célebres y originales yemas de San Leandro, que podrán adquirirse allí mismo hasta agotar existencias.
Arte y dulces se unen así por una causa solidaria para intentar salvar la precaria situación que atraviesa este impresionante recinto conventual cuya iglesia, frente a la Pila del Pato, atesora un conjunto artístico verdaderamente excepcional, con varios retablos laterales salidos de la mano de Martínez Montañés, el gran retablo celestial de Duque Cornejo, que conserva los remates escultóricos policromados del retablo original de Jerónimo Hernández que fue trasladado a los Carmelitas Descalzos de Málaga a mediados del siglo XVIII, e incluso un San Juan procesional de La Roldana, entre otras muchas joyas del barroco sevillano, así como una hermosísima imagen de la Virgen de Consolación y Correa, patrona de los agustinos, obra de Sebastián Santos Rojas en 1932.
La fundación del convento se remonta al siglo XIII, poco después de la conquista de la ciudad por Fernando III, y responde a las formas que se pueden contemplar también en Madre de Dios, con una iglesia de altos muros y un coro bajo de importantes dimensiones separado mediante una contundente reja y con una colección de obras de arte difícil de igualar.
En el interior del convento, actualmente habitado por casi una treintena de monjas, en su mayoría de origen tanzano, existen varios patios y un amplio claustro con dos alturas rodeado de valiosa azulejería de época que alojó durante años una pequeña cancha de baloncesto para el asueto de sus residentes.
Nuria Postigo, hija y nieta de artistas de estirpe flamenca (su padre es el inmenso guitarrista José Luis Postigo), es una distinguida y original artista sevillana, autora del cartel de la Velá de Triana del año 2021 e iluminadora de los cielos sevillanos con fogonazos sorprendentes de luz y de color, que ha coordinado el esfuerzo de sus talentosas alumnas para ofrecer lo mejor de sí mismas a los asistentes a esta exposición en favor de una causa solidaria.
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