Gran éxito de la exposición de la Hermandad del Valle en el Círculo de Labradores 

Está siendo una de las exposiciones cofrades más visitadas en esta Cuaresma. Además de interesantísima y bien documentada por paneles y fotografías, la muestra sobre “La Santa Faz, una Devoción en la Sevilla del Siglo XV” encuentra en el patio central del Real Círculo de Labradores una ubicación perfecta y a la altura de esta Hermandad que da uno de sus más hondos sabores de solera a la Semana santa sevillana. 

 Se inauguró el 23 de febrero y aún ofrece la posibilidad de conocerse hasta el próximo domingo día 7. 

Hermandad del Valle y Círculo de Labradores (en la calle Sierpes, con entrada por Pedro Caravaca) son como una alianza y colaboración idóneas para situar una muestra de estas características, elegante, sobria y justa para divulgar con concreción y claridad al visitante la devoción a la Verónica.

El segundo de los pasos de la Hermandad del Valle, el de Nuestro Padre Jesús con la Cruz al hombro, centra en el inmenso y suntuoso patio a modo de gran sala, el seguimiento de cada apartado de la exposición, que queda organizada girando en torno a las imágenes de este misterio, a ras del suelo y a la altura misma del público (naturalmente no está la talla del Nazareno, que sólo deja su figuración en la túnica vestida por un soporte que imita incluso su peculiar movimiento al acercar la mano derecha hasta las santas mujeres).

Lo pictórico y lo fotográfico o algunos elementos ornamentales como faroles del paso, van quedando explicados por textos que no tienen desperdicio, procedentes a veces de viejos documentos que se transportan ahora con una enorme capacidad de síntesis, necesaria para obtener una información rápida que seguro facilitará un recuerdo indeleble de curiosidades históricas. Por ejemplo, cuando se cuenta que en 1892 y por discrepancias con el párroco de San Andrés (una vez más las fricciones entre clero y cofradías), la Hermandad se traslada a la Iglesia del Santo Ángel, en la calle Rioja, desde donde iniciará la brillante trayectoria que acabará imprimiendo un sello especial a la Semana Santa de Sevilla. Allí se configurará la solera de la Hermandad, allí alcanzará su mayor crónica poética en los versos de Antonio Rodríguez-Buzón a la Virgen del Valle en el Pregón de 1956. Y también está referida en la exposición la importancia que va a tener incorporarse a esta Hermandad nada menos que el canónigo Muñoz y Pavón, de alguna manera un gran “diseñador” que ideará la situación de las figuras en el paso, de lo que se encargará materialmente Joaquín Bilbao. 

Por último hay que reseñar que la Hermandad deja constancia de su memoria a la obra de su gran hermano el pintor Francisco Maireles, además de detenerse con amplitud en la de Paco Montañés, el joven artista de Alcalá la Real (Jaén) y autor del último paño de la Verónica.

Fotografías de Beatriz Galiano




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