Soneto de Luant. Lágrimas de moradas

 

La Belarra abraza a la Montero
La Montero se abraza con Belarra,
las dos muy solas, subidas a la parra
de la bancada azul del mentidero.

Esa ley del Sí es Sí, qué estercolero!
que libera pederastas, violadores,
acarreando a las víctimas dolores,
en actitud canalla sin un pero.

Ayer lloraban tristes, solitarias,
estas dos infantiloides sin cabeza
las dos uniformadas de morado.

Gemían por la ley estrafalaria
fracasadas, hundidas, sin certeza
con un Sánchez de perfil, el descarado.




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