A Rabocop, mi saludo;
ese madero infiltrado
que tan bien a penetrado
en Barcelona y su nudo.
De su porra yo no dudo
y su labia de Don Juan,
porque las cosas que están
sabiéndose a cuenta gotas,
dicen que estuvo sin ropas
repartiendo estopa y pan.
Muchas indepes que van
a que Marlaska les chive
su guasap, o dónde vive,
pues adoran su tan tan.
Quieren que vuelva el galán,
ese espía despiadado
incansable y bien armado
y aunque parezca zopenca,
volver a mirar pa Cuenca
y contarle lo callado .
Las cookies necesarias son absolutamente imprescindibles para que el sitio web funcione correctamente. Esta categoría sólo incluye cookies que garantizan las funcionalidades básicas y las características de seguridad del sitio web. Estas cookies no almacenan ninguna información personal.