El 5 de septiembre de 1984 el Grapo mató a bocajarro al empresario sevillano Rafael Padura Rodríguez. Dos miembros del denominado Grupo de Resistencia Antifascista Primero de Octubre lo ejecutaron en su despacho de la calle Luis Montoto, donde estaba una de sus imprentas y los talleres para la edición de sus encargos. Se trataba de un local comercial muy amplio y hondo, pero se daba la circunstancia de que la situación del despacho de Padura, donde solía atender personalmente a clientes, se encontraba muy próximo a la salida a la calle, prácticamente una dependencia contigua y bien comunicada con la tienda en sí, provista de mostrador, el que atendía uno de sus más fieles y estrechos colaboradores, Horacio.
Rafael Padura fue elegido víctima de sus verdugos por ser entonces el presidente de la Confederación de Empresarios de Sevilla. La consternación en la ciudad fue grande, un impacto, una impresión que conmovió a toda la ciudadanía.
Rafael Padura tiene dedicada en Sevilla una calle, la que asoma a Sierpes frente a uno de los establecimientos que la firma tuvo en el centro, como lo fue también el de la calle Cuna.
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