No pasará a la historia la novillada lidiada este 29 de mayo de 2022 en la plaza de toros de Sevilla. Sí quedará señalada para Alvaro Burdiel, torero sevillano que se presentaba en su ciudad y que fue el único que pudo aprovechar algo del descastado encierro que mandó Villamarta. Una vuelta al ruedo en el tercero fue su bagaje, muy destacable si lo comparamos con el resto de la tarde.
Y eso que -a pesar del éxito de hace una semana de Isaac Fonseca, capaz de ensombrecerlo todo- había expectación con este cartel de toreros sevillanos o muy vinculados a Sevilla, que podían presumir de algún triunfo anterior.
El único que medio respondió fue Burdiel, que recibió a su primer enemigo con unos lances en los que se vio rápido un buen pitón izquierdo. Inició su faena de muleta de rodillas, templando bien y resolviendo con solvencia y torería algún apuro. Sorprendentemente, basó su quehacer en la derecha, aunque cuando no acababa hacia afuera se quedaba sin sitio y el toro lo atropellaba. Apenas probó con la izquierda, salvo en unos buenos pases por bajo ya con el estoque de verdad a los que el novillo respondió con prontitud y humillando.
Mató de estocada trasera y vio una leve petición de oreja que no fue atendida pero le sirvió para dar la vuelta al ruedo.
En el sexto se encontró con un animal sin raza que se dedicaba a pasar. Hizo un esfuerzo por calentar el ambiente en un quite que acabó de rodillas y, voluntarioso, empezó con la muleta con unos buenos ayudados. El toro iba bien por la izquierda y de ahí salieron los mejores pases de una faena demasiado larga y que no acabó de romper.
Ni Pablo Paéz ni Jaime González-Écija pudieron lucirse con los toros que les tocaron en suerte.
A Paéz le costó trabajo someter al que abría plaza, un novillo con movilidad que embestía a cabezazos y de forma brusca. A la cuarta serie, con la mano muy baja, pareció que lograba ganarle la batalla, pero la falta de fuerzas del toro impidió que pudiera haber algo más. El cuarto, sin casta ni clase, arremetía de forma poco clara, acortaba y se daba la vuelta rápido buscando abajo. Imposible.
Tal vez fuera Jaime González-Ecija el que más pases pegó de este último cartel de mayo, lo cual no quiere decir demasiado.
Aunque logró dar algunos aceptables pases a su primero, siempre pareció estar fuera de sitio y dificultando él mismo la faena. Cuando lo corrigió pudo hilvanar un par de series, una por cada pitón, pero hasta ahí llegó el novillo. En el quinto -también falto de raza y que se defendia, pero con movilidad– dio muchos pases, pero toreó poco y no fue capaz de llegar al público.
A destacar que la Plaza de Toros de Real Maestranza de Caballería de Sevilla tuvo una entrada escasa de público, algo normal en estos festejos, pero plena de aficionados a los toros. Y eso da para percibir un retorno a las cualidades que siempre han adornado a estos tendidos. La más destacable en el caso de las novilladas, la sensibilidad para con los chavales que tratan de abrirse camino.
Las cookies necesarias son absolutamente imprescindibles para que el sitio web funcione correctamente. Esta categoría sólo incluye cookies que garantizan las funcionalidades básicas y las características de seguridad del sitio web. Estas cookies no almacenan ninguna información personal.