¡Lo hizo! Ha logrado superarse. El analfaburro venezolano, esa máquina ágrafa y analfabestia de Maduro, siempre consigue romper los límites imaginables. Esta vez ha sido a propósito de la elaboración de una Ley de Ciudades Comunales, sea eso lo que sea, y ha animado a sus huestes a aplaudir la iniciativa al grito de… “¡Camaradas y camarados…!”. Ni la Ley Celáa, que permitirá pasar de curso con todo suspenso, será capaz de conseguir consecuencias tan desastrosas.
Nicolás Maduro, el conductor de guaguas y guaguos, el chófer de autobuses y autobusas, habló ya en ocasiones anteriores de “los cinco puntos cardinales”, cierta vez se refirió en un discurso a “las 35 horas que tiene el día…” y dijo que había que hacer las cosas “sin perder ni un milímetro de segundo”…
Cuando quiso alabar el deporte venezolano habló de “los medallistas y los medallistos” y cuando hizo mención de los habitantes del país se refirió a los “millones y millonas” de venezolanos.
Otra vez más quiso reclamar la atención a su vanguardia bolivariana y les dijo: “Atentos y atentas… Alertas y alertos…”, y tras una pausa con el apuntador se preguntó: “¿No se dice alertos?”.
En un acto de distribución de textos proclamó: “Vamos a proceder a entregar 35 millones de libros y libras…” y luego habló de “las becas estudiantiles para los liceos y las liceas”, después de haber ubicado en un discurso a la ciudad de Copenhague en… Finlandia.
Con semejante tropa es con la que lidiaban Monedero Y Pablo Iglesias y semejantes molondros son con los que pacta Pedro Sánchez. Poco es lo que nos pasa…, por fascistas y fascistos sin cerebro y sin cerebra. ¡Viva la patria y el patrio!
#fijarzebien https://t.co/qL7kQ2uZLz
— Hoplita (@nafasaro1) October 22, 2020
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