El populismo inunda las calles de Sevilla

Si San Francisco levantase la cabeza y hubiese visto su Plaza la mañana del 28 – F repleta de una patulea, nuevamente habría estirado la pata. 

Y es que, amigos míos, en España solemos hablar mucho y después todo nos cae encima. Porque no solemos ver la viga en nuestro ojo y, sin embargo, a la primera de cambio, somos capaces de ver la mota en el ojo ajeno. 

Mucho se ha hablado sobre el despropósito que hubo por parte del Gobierno el 8 de marzo del año pasado, cuando una gran concentración de personas salieron a la calle. 

La historia se repite en Sevilla. Y este pasado domingo lo vimos claramente en la concentración del nuevo partido, capaz de criticar sin dar ejemplo. En la concentración no se guardó distancia alguna de seguridad, y eso que estamos hace un año en una pandemia, y eso que estamos hartos de oír recomendaciones en los medios de comunicación y de sus propios cabezas de listas. 

Buen ejemplo, sí señor. Enhorabuena por poner en peligro a los sevillanos. Gracias por vuestro fantástico ejemplo. Y ahora, seguid criticando las movilizaciones de los demás. 




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