¿Y esta costumbre que hay ahora de llamar señores a quienes no lo son?
La política está llena de ellos, pero porque así se nombran unos a otros los propios políticos. El señor tal y el señor cual… Pueden estar acusando al contrincante de la corrupción más condenable, y sin embargo aluden con la palabra señor a quien no es más que un ladrón. En el Congreso se puede ser perfectamente un señor aun habiendo mangoneado ayudas para parados. Allí son todos señores, incluso los etarras.
En Sevilla lo de ser señor no vale para todo el mundo. Tengo inculcado desde pequeño que la del señorío (no los señoritos) es una categoría reservada para quienes verdaderamente lo son. Pero lo demás, lo que pasa entre los detestables políticos, está escrito y cantado hace ya muchos años en ese tango universal que es “Cambalache”: “Cualquiera es un señor…”. Se estrenó en 1935. O sea, que la cosa de ahora viene de lejos.
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1 Comment
buenas tardes, un buen medio de noticias
Saludos ÁNGEL