Querido director:
Estoy desconcertada. La mercantilización del cuerpo de la mujer es cada vez más grande, sobre todo desde que el gobierno ha prohibido la publicidad de prostitutas. Los hombres se sienten con derecho a exigir derechos (¡¡¡los suyos!!!) para tener relaciones sexuales libremente, ocupando el lugar de las mujeres. Hemos llegado a un punto en el que las mujeres ya ni siquiera tienen derecho a hablar, ¡¡¡sino que los hombres lo hacen por ellas!!! Pretendiendo saber lo que está bien y lo que está mal. Incluso han creado el movimiento de consumidores de sexo de pago, que sirve para ayudarse mutuamente a seguir utilizando los servicios de estas pobres chicas. Pero, ¿quién escucha a estas chicas? ¿Quién les da voz?
Adjunto una foto de ellos repartiendo panfletos de propaganda el otro día.
Por favor, hagamos algo. Me siento profundamente dolida ante la idea de que un grupo de hombres haya podido crear este.
Elvira Montero
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